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Martes, 29 de junio de 2010

CULTURA / ESPECTáCULOS › DIBUJOS Y COLLAGES DE HOVER MADRID Y FOTOGRAFíAS DE PAULINA SCHEITLIN

Los rincones invisibles de lo urbano

Hasta el domingo pueden visitarse dos muestras de arte en el Centro de Expresiones Contemporáneas. Madrid se encarga de ilustrar la crisis del sistema político, mientras la fotógrafa Scheitlin explora objetos y figuras humanas.

 Por Beatriz Vignoli

Hasta el domingo pueden visitarse dos muestras de arte en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC, Bajada Sargento Cabral y el río Paraná) que revelan miradas singulares sobre los rincones menos visibles de lo urbano.

En el Espacio Conexiones está una muestra de dibujos y collages del artista Hover Madrid (Rosario, 1956). Titulada "Pero un día", a partir de una cita de Albert Camus en El mito de Sísifo, la muestra arma un relato profético que se articula en torno al concepto del Dies Irae: el día de la ira. O el del "clic", como dice Madrid. Varios sistemas de representación, política, social o estética, entran en crisis o se vaticina que entrarán en crisis y esas crisis son ilustradas en estos monumentales retablos, los más interesantes de los cuales indagan las vergüenzas de nuestra sociedad. Niños cartoneros que miran un inalcanzable coche último modelo enmarcado y vidriado en acrílico, forman un cuadro dentro del cuadro con espectadores dentro del mismo, un motivo que reaparece en "Pero un día los chicos de la calle" (2010, Lápiz carbón y collage, 210 x 160 cm). Allí una copia de artista de un detalle del David y Goliat, del Caravaggio (artista barroco que trabajaba con modelos de las clases populares más desposeídas) es acompañada por una gomera, encontrada en la calle, y por dibujos de perros callejeros rosarinos en las poses bastante serenas y casi aristocráticas que suelen adoptar con su natural dignidad animal. Los dibujos no son del natural sino que se basan en un relevamiento fotográfico. La cabeza de uno de los perros está destacada en una llanta circular (también encontrada) que la rodea como un marco, como si de un camafeo burgués se tratase. La gomera puede interpretarse en relación con el relato bíblico de David y Goliat, como sugiere el autor (apuntando sin duda a las connotaciones políticas de la anécdota hebrea) y también como el arma de caza que en su vida de perros les permite a los chicos de la calle, ausentes del cuadro pero aludidos desde varios ángulos, ganarse un magro sustento de pajaritos. Todo apunta a provocar la reflexión sobre su injusto desamparo.

También significativa y lograda con gran poder de síntesis es una obra compuesta por un montaje de casi 4 metros de alto y titulada "Pero un día el Archivo General de la Nación". Son paneles de 160 x 60 cm de alto montados en una estantería metálica, cuenta el autor, que trabajó con modelos del natural en algunos casos para realizar las figuras yacentes de hombres derrotados que ocupan el lugar de los expedientes que los representarían como ciudadanos, dibujados sobre soportes blancos que se resquebrajan como simbolizando a las instituciones de un estado nación que ya no puede contenerlos (o que los contiene sólo literalmente: los pone en contenedores). En todo momento sorprende en contraste entre la belleza académica de los rostros y la crudeza de la realidad aludida: el tema de la marginación, como resume su autor. Otras de las obras se refieren a la cultura de las conexiones a través de ondas y a las nociones sobre la realidad en general. Algunas figuras voladoras cuelgan en el espacio y arrojan sombras proyectadas reales. Es una muestra ambiciosa e impactante, pensada en función del inmenso espacio del CEC. "Romper los paneles blancos, pasar la altura: quise jugar también con esas cosas", cuenta Hover Madrid a Rosario/12. "Me interesaba ver el dibujo hasta dónde se la aguantaba", concluye, refiriéndose a la búsqueda formal que desarrolla con diversos grados de acierto a partir de su formación académica en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario, donde Rubén Porta (otro cultor del azar y los materiales humildes) fue uno de sus maestros más influyentes. "¿Acaso no desdibuja Hover Madrid en sus obras, oponiendo a la perfección de su línea, al preciosismo de su figuración, trozos de madera, caños, alambres, materiales un tanto innobles para aquellos que conservan la más tradicional de las concepciones del dibujo? -se pregunta el fotógrafo rosarino Norberto Puzzolo en el texto de

catálogo-. Prefiero contemplar sus trabajos como un todo, el dibujo elaborado con maestría en diálogo permanente con esos objetos que se suman al plano para reafirmar la temática propuesta".

En la Fotogalería Emergentes, espacio coordinado por Andrea Ostera, expone la fotógrafa Paulina Scheitlin (Rosario, 1979). Es una verdadera revelación. Asistente en 2009 al taller de la Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto luego de una formación autodidacta, Scheitlin trabaja en una agencia de publicidad. En su obra fotográfica artística, que puede verse aquí, se dedica a explorar y espiar objetos y figuras humanas ancladas en rincones urbanos como de otro tiempo, adonde no llega la mirada fashion. Una guardia nocturna, una mujer en cuclillas ante la vidriera de una santería, un rincón del bar La Capilla, una anciana contemplando su jardín de macetas, unas cajas apiladas en el sótano de una zapatería, un puesto de praliné cerrado, sillas de varias décadas de antigüedad en una oficina pública; una pila de cajones de verduras en la vereda y en un día nublado, en una de cuyas maderas se lee "aromas y sabor del sol"; gastadas cosas a la espera del hombre, "rumor de las voces que flotan, cuando nadie queda ahí". Cosas y seres humanos sin destino, condenados a repetirse en la devoción, el trabajo o la errancia, son contemplados como desde afuera, como al pasar. "Registrar sus silencios, su devenir", escribe la autora. "Congelar los signos del tiempo que resisten, por amor o por nostalgia. Conservarlos en su espesura, recorrerlos, habitarlos en la memoria, atizarlos, para poder volver a ellos una y otra vez".

En la programación de Artes Visuales del CEC se inaugura además un nuevo espacio dedicado a las ilustraciones, historietas y comics. Dibujantes de AHI Rosario (Asociación de Historietistas Independientes) exponen AHI Rosario III Antología, una muestra con ilustraciones de Nicolás Zuliani, Sergio "Zorro" Re, Manuel Hegi, Bruno Deambroggi, César Libardi, Javier Galimany, Rober Silva, Matías Lo Cascio y José Ballester. La AHI Rosario es una agrupación de dibujantes, guionistas y otros artistas afines que buscan la difusión de las historietas, su práctica y fomentar actividades relacionadas. Más info sobre AHI Rosario en http://www.ahiros.com.ar o en Facebook. Matías Lo Cascio (guionista) y José Ballester (dibujante) presentan en esta muestra Posesión, la primera entrega de la saga del mismo nombre y el primer trabajo que realizan juntos. Javier Galimany (dibujante e historietista, autoeditor) viene de la Escuela de Bellas Artes de la UNR y cuenta con amplia experiencia como ilustrador. César Libardi y Rober Silva muestran las primeras tres páginas de Los Gritos, un relato en texto e imágenes basado en un cuento de Juan José Saer. Sergio "Zorro" Re es un artista del género furry que publica en Estados Unidos y trae una novela gráfica in progress. Bruno Deambroggi es historietista mangaka, guionista e ilustrador. Y el sábado 19 a las 17, tendrá lugar un nuevo encuentro del ciclo de entrevistas abiertas con historietistas nacionales de Entrecuadros, coordinado por Juan ngel Szama, donde participarán como invitados Ernan Cirianni y Clara Lagos, integrantes del colectivo Historietas reales, conversando sobre la historieta en Internet y nuevos canales de difusión (ver http://www.historietasreales.com.ar; http://www.cecrosario.org.ar).

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Los dibujos de Madrid no son del natural sino que se basan en un relevamiento fotográfico.
 
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