Domingo, 12 de marzo de 2006 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › FERNANDO BIRRI, ENTRE LOS PADRES DEL NUEVO CINE LATINOAMERICANO
El realizador santafesino habló con Rosario/12 antes de viajar a Mar
del Plata, al festival donde se proyectará Za05 su último trabajo y
donde será homenajeada la escuela de San Antonio de los Baños, en Cuba, que él mismo fundó. El cineasta habló de la reapertura de la Escuela de Cine de Santa Fe y de su flamante título de "Embajador Cultural".
Por Fernanda González Cortiñas
Antes de partir rumbo al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata --en donde con la proyección de Za05, se dedicarán dos jornadas a conmemorar el vigésimo aniversario de la creación de la cubana Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, de la cual es uno de sus fundadores--, Fernando Birri pasó por Rosario. A punto de pasar la barrera de los 80, en un recreo del seminario "Génesis y destino" que organizó el Centro Audiovisual Rosario, el maestro santafesino, uno de los padres del Nuevo Cine Latinoamericano y referente ineludible a la hora de hablar del documental en la Argentina, conversó con Rosario/12 sobre cómo su patria chica, su terruño, ha incidido e incide en su producción y acerca de los temas que nutren lo que él prefiere llamar "El Nuevo--Nuevo Cine Argentino".
--Se dice por ahí que vuelve para quedarse...
--(Risas)... Ya no vuelvo a ningún lado para quedarme. Siempre vuelvo para irme. Y claro, para volver.
--Quizá la reapertura de la Escuela de Cine de Santa Fe ilusionó a más de uno con su retorno definitivo a la Argentina...
--Afortunadamente ese proyecto ha reverdecido, y maravillosamente, gracias al incansable espíritu de algunas personas, como el Conejo López. Creo que es un momento muy feliz para nuestro cine y su futuro; eso siempre y cuando se le faciliten los medios, sobre todo tecnológicos y logísticos para que desarrollen su tarea. En este sentido ya estuve reunido con el gobernador Obeid, con el que ya nos habíamos visto en Cuba y ya entonces me había manifestado su decisión de hacer todo lo que esté a su alcance para que se concrete este proyecto. Por lo demás le tengo que decir que los recursos humanos, o sea la materia prima del cine, es de primer nivel: cantidad de chicos y chicas muy jóvenes, con muchas ganas de trabajar, gente que ha leído bastante y que ha visto mucho cine. Algo similar ocurrió en el seminario del Parque de España. Eso es un buen signo.
--La semana pasada lo nombraron "Embajador Cultural de Santa Fe", ¿cómo se siente en el rol de diplomático?
--(Risas)... Yo creo que ése es un nombramiento un poco simbólico, porque en realidad esa embajada es una función que la vengo cumpliendo desde hace mucho tiempo, en el anonimato. Usted sabe que Santa Fe ha sido conocida en el mundo, fundamentalmente por su Escuela de Cine.
--Si un artista habla por su obra, ¿cree que su cine ha sido tan reconocido como su persona?
--No podría confirmarlo, pero en lo que a mí respecta yo creo que de una manera u otra Santa Fe, la Santa Fe que yo quiero, la que me interesa, ha estado siempre presente en mi obra. Yo siento que nunca hubo un alejamiento, quizá sí un intervalo, pero nunca un distanciamiento, un corte. Hay algo que siempre digo y que alguno puede interpretar como una metáfora: yo nunca me fui de aquí, al menos en mi geografía interna. Siempre estoy saliendo y entrando. Siempre estoy volviendo al pago.
--A propósito del seminario que dictó en el Centro Cultural Parque de España, ¿sobre qué cuestiones se interrogan las nuevas generaciones de realizadores?
--Curiosamente vuelven a preguntarse sobre los mismos problemas que nosotros. La cuestión medular para ellos sigue siendo la cuestión de la identidad. Se preguntan quiénes son, quiénes somos. Para nosotros, en los 40', en los 50', esa era una duda realmente existencial, angustiosa, porque no había referencias. Afortunadamente ahora les podemos dar a los jóvenes esas referencias, que de algún modo son los que construyeron nuestras generaciones.
--¿A mediados de 1999 en otro de sus "regresos", conversábamos sobre este mismo tema y usted señalaba que las nuevas generaciones de cineastas aún mostraban marcas muy claras de lo que fue la Dictadura, más de un lustro después sigue pensando lo mismo?
--No, creo que el temario se ha ido abriendo, lenta pero seguramente. Es lógico que esas cuestiones estén presentes, y es bueno que continúe así; yo me he cansado de repetir que sin memoria no hay cultura, de modo que me parece realmente saludable que estos temas no queden en el olvido. Pero por otro lado creo que hay una apertura, no sólo hacia otros temas, sino hacia otros modos de decir. Siento que hay en este nuevo cine como un denominador común, algo que quizá suene reductivo, pero hay como una vuelta a viejas líneas de nuestro arte dramático, como por ejemplo el costumbrismo, el sainete criollo, algo que me parece absolutamente maravilloso. Por supuesto que hay otra mirada, más intelectualizada, una vuelta de tuerca de ese discurso, digámoslo así, folklórico. Quiero decir que mirándolo por transparencia, como se ve la nervadura de una hoja poniéndola contra el sol, así veo en este cine ecos de eso que algunos llaman --y aclaro que a mí me parece un concepto horrible-- "cultura vernácula". Es como una continuidad secreta de las formas más enraizadas del cine argentino, algo que fue la gran preocupación de nuestra generación, la gran ruptura que sigue la irrupción del Nuevo Cine Argentino fue justamente esta necesidad de ponerse al frente de la realidad en muchos aspectos desconocida, con más preguntas que respuestas. Es más, hay una cuestión que es bastante sintomática y que habría que analizar quizá con un poco más de detenimiento: en estos tiempos se habla mucho del "Nuevo Cine Argentino", que es como llamábamos nosotros al cine que hacíamos en los años 50. De modo que creo que deberíamos pensar en otros modos de llamarlo; nuevo solo ya no basta. Debería ser algo así como el 'nuevo--nuevo cine argentino' ¿no?
--En este sentido, ¿cómo analiza el estado de cosas dentro de esa suerte de entelequia que es la industria cinematográfica nacional, un proyecto cultural que parece no poder soltar la mano del apoyo oficial?
--Yo creo que ese es un problema que no vamos a poder explicar jamás si nos quedamos en el marco del cine. El problema de las formas de desarrollo industrial de una expresión artística, en este caso el cine, pero vale para muchas otras, no se puede comprender sino es a través del modelo económico. Mientras sigamos trabajando sobre líneas de economía dependiente, el cine va a pagar su cuota. En este sentido creo que es encomiable lo que se ha hecho desde el INCAA en estos últimos años y si tengo que ser absolutamente sincero, creo que el instituto atraviesa por su mejor momento desde el punto de vista de la gestión. Se está trabajando en una línea llena de perspectivas y eso, al menos, es un buen augurio.
--¿De qué habla Za 05?
--Es un tributo a los 20 años de la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. Za 05 es el apócope de Cesare Zavattini, guionista de Vittorio de Sica y maestro de toda una camada de realizadores latinoamericanos que tuvimos la fortuna de contar con su guía en el Centro Sperimentale di Cinematografia (entre ellos Gabriel García Márquez y Tomás Gutiérrez Alea). La película es un collage de imágenes --yo digo que es un megaclip, porque tiene un lenguaje muy contemporáneo--, e intenta resumir lo viejo y lo nuevo a partir de secuencias de las películas que consideramos fundadoras del Nuevo Cine Latinoamericano y a fragmentos de las tesis hechas por los estudiantes a lo largo de estas dos décadas. La idea era poner frente a frente, como si fueran dos espejos enfrentados, lo que se hizo antes y lo que se está haciendo ahora, sin ninguna intención especial y con la mayor libertad. ¿Hay coherencia? ¿hay continuidad? ¿hay rechazo? Eso sólo lo podrá decir el espectador.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.