En una primera experiencia que refuerza el carácter de apertura al diálogo que la Secretaría de Cultura municipal viene demostrando desde mediados de 2009, el miércoles se llevó a cabo el primer Encuentro de la Cultura de Rosario. Desarrollado en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia --e inaugurado en horas de la mañana por el secretario del área Horacio Ríos, la ministra de Innovación y Cultura Chiqui González y el intendente Miguel Lifschitz--, reunió a una importante cantidad de artistas, gestores culturales, productores y público general interesado en debatir en torno a las problemáticas inherentes al quehacer cultural.

Pasado el mediodía, el Encuentro inició las mesas de debate, que fueron divididas en cinco ejes: Descentralización cultural, las formas de la participación ciudadana; Emprendedores de la cultura (productores independientes, asociaciones civiles, ONG`s); Un nuevo mapa de los medios audiovisuales y de los espacios digitales; y Culturas, ciudad y aprendizajes, calidad de los espacios públicos de la cultura. A la hora de las conclusiones, cada uno de los coordinadores resaltó el carácter heterogéneo que marcó a la conformación de las mesas de discusión, en un encuentro que convocó (a lo largo de toda la jornada) a cerca de 400 personas.

Para Ríos es positivo el balance de este primer encuentro, donde más allá de las conclusiones elaboradas por cada mesa de discusión se dio un interesante intercambio entre los participantes, dando lugar a la generación de diversos proyectos. "Eso fue lo más interesante --reconoció el secretario de Cultura--. Muchos de los proyectos que se dieron, se dieron sin la participación del Estado. La propia gente se puso de acuerdo en qué hacer juntos. Porque no se conocían, porque nunca habían dialogado, porque conocían sus trabajos pero nunca se habían sentado en una mesa común. Eso pasó por ejemplo con las bibliotecas populares, que de alguna forma ofrecieron sus ámbitos, y se encontraron con gente, artistas, que necesitaba de esos ámbitos. Lo mismo pasó con algunas asociaciones civiles sin fines de lucro, con pueblos originarios. Lo interesante fue la mixtura".

-¿Cómo debería jugar allí el Estado? ¿Desde la Secretaría de Cultura deberían asumir un rol de coordinación de esos proyectos?

-En ese momento, y en ese lugar, funcionamos así, articulando entre algunos que no se conocían, entre demandas que pasaban por el costado de lo que podíamos ofrecer y que eran muy directas. Ahí funcionamos como intermediarios, pero en otros lugares no podemos ser intermediarios: en otros lugares definitivamente la gente fue a pedir que tomemos responsabilidades con respecto a algunos ámbitos de gestión que necesitan que nosotros desarrollemos. Porque para éso también los invitamos. En ese caso, sobre políticas de descentralización, programación, la ocupación y la forma de ocupación del espacio público nosotros sacamos cosas muy interesantes. Y la conclusión más grande que sacamos es que había que hacer este encuentro. Y que, incluso, la próxima vamos a seguir con ejes temáticos que se reúnan solos en un día. Un compromiso que tomamos con parte de los proyectos propuestos, y que son aplicables, es que los vamos a anunciar en el marco de la propuesta, que se hicieron en este escenario.

-¿Es viable poder diagramar políticas que respondan a algunas de las demandas?

-Sí, absolutamente. Obviamente hay algunas que no tenemos posibilidad de manejar, como cuestionamientos a impuestos nacionales, cuestiones que no son de nuestro territorio pero lo afectan. Podemos acompañar en un pedido de modificación de algunas leyes, pero no podemos modificarlas. Después hay algunas cosas que pueden ser aplicadas bastante más rápido de lo que esperábamos. Por ejemplo, un relevamiento de productores de cara a la Ley de Servicios Audiovisuales, cursos de capacitación, que se van a aplicar bastante rápidamente. Después tenemos pensado aplicar algunas cosas a principio del año que viene y, no más allá de febrero o marzo, empezar con nuevos encuentros.