Con más de media docena de encuentros ya desarrollados en el espacio Cairos, un grupo de músicos decidió profundizar en la libre interacción. En ese mismo espacio, los viernes (a las 14.30) el guitarrista Ignacio Esborraz abre la propuesta a músicos y artistas en general interesados en participar del taller de improvisación libre. "Se trata de romper con una idea esquemática, sectaria, sobre la improvisación", apunta Alexis Perepelycia, baterista que forma parte del grupo que cada dos semanas le da forma a experiencias únicas en el espacio de Paraguay 1382. Convocado por el Centro Cultural Parque de España, Perepelycia ofició además como nexo con el nutrido contingente de creadores que mañana, a las 21.30 (con entrada gratuita), desarrollarán un encuentro singular en el Túnel 4 de Sarmiento y el río.

"Siempre se creyó que la improvisación pertenecía al jazz, pero la intención es buscar otras vertientes", remarcó el baterista, habitual participante de las reuniones que jueves de por medio se desarrollan en Cairos. "Es interesante que participa gente que viene de otras músicas --agregó--. Deja entrever una manera que muchos jóvenes están teniendo de hacer música".

En paralelo a la búsqueda de los creadores, la experiencia contribuye a la gestación de un público capaz de amoldarse a esas dinámicas de lo imprevisto: "Empezamos a ver que, mientras estamos tocando, la gente se empieza a mover, y lo que es interesante en la improvisación es que el público es único testigo de lo que está pasando allí. Ahora lo estamos viendo desde ese lugar, de personas que están atestiguando algo que está pasando por única vez. Es interesante. Además hace poco Ignacio tuvo la idea de que la gente dibujara mientras esperaba a la banda. Antes de arrancar todos estaban dibujando, y en el momento en que entramos a tocar de a poco la gente se fue acoplando a la música".

En ese sentido, la propuesta tuvo su origen en lo musical, pero comenzó a articularse con diversos modos de expresión. "Estamos cada vez más metidos en las distintas disciplinas, con performance visuales, plásticas --detalló el baterista--. O bien trabajando con gente de otras disciplinas que está haciendo algo similar a nosotros, expandiendo hacia otro lugar. Son fronteras que de a poquito se van corriendo, porque todos estamos en la búsqueda de expandir el lenguaje mismo".

Mañana, el Túnel 4 será el espacio indicado para que esa apertura se maximice: de la experiencia participarán Leandro Favot y Santiago Cicotti (fotografía), Alejandra Valdez, Corel Martínez Tuset, Julia Livolti y Carla Gordillo (performance), Gustavo Galuppo, Gabriel Cejas, Alejandro Hilier y Feli (video en vivo), Juan Barbieratti (instalación, artes visuales), Natalia Pérez y Sandra Martínez (contact improvisación), Federico Actis y Francisco Bergamaschi (documentación), Gustavo Trillini (trompeta, percusión, objetos), Ignacio Esborraz (guitarra, efectos, objetos), Franco Fontanarrosa (bajo, procesadores, objetos) y el propio Perepelycia (live﷓electronics, objetos, percusión).

"A todos nos interesa la novela abierta, sin un único final --anticipó precisamente Perepelycia--. Pero sin dudas que, conforme vamos trabajando en grupo, nos vamos encontrando con una especie de narrativa que nos interesa. Eso puede ser una imagen, o un concepto sobre el cual trabajar. Ahora le dimos una mayor complejidad porque lo enfrascamos en una porción de tiempo predeterminada. Van a haber relojes con alarmas que van a ir articulando las distintas secciones. Eso nos sirve a nosotros para cambiar de sección dentro de esta narrativa, desde un prólogo que arranca afuera del espacio, hasta un epílogo final. Todo lo que pase entre medio va a estar abierto".