Para el pianista Pablo Juárez, la decisión de radicarse en Buenos Aires no tuvo que ver estrictamente con aquello de que Dios está en todas partes pero sólo allí atiende. Sin embargo, los resultados logrados en estos cinco años indicarían que, más allá de las creencias religiosas y los dichos populares, la capital argentina sigue siendo un terreno fértil para el cruce artístico, ése que, precisamente, Juárez estaba buscando cuando dejó Rosario en 2007. Así, luego de un lustro de actividades junto a diversos artistas, Juárez sintetizó su experiencia en Sumergido, disco de obras propias donde logra una interesante mixtura de folclore y jazz. Esta noche, Juárez realizará la presentación de ese material en la ciudad, con el concierto que a las 22 brindará en Mano a Mano, Ovidio Lagos 790.

Vinculada en un primer momento con la necesidad de continuar con su formación pianística, la llegada de Juárez a Buenos Aires le sirvió para poder sostener su actividad a nivel profesional. "En esa época en Rosario se hacía muy difícil tocar seguido. Yo quería tocar, expandirme artísticamente, tratar de vivir de la música y aparte poder relacionarme con distintos artistas", explicó Juárez a Rosario/12.

A poco de su arribo, el pianista comenzó a tocar con otros rosarinos, como Franco Luciani, Renzo Baltuzzi y Facundo Peralta. "Eso me abrió el panorama y después las cosas iban sucediendo esporádicamente, pero con continuidad --relató--. Empecé a trabajar también con artistas que venían de Perú, como Carmina Cannavino, Javier Lazo, Miryam Quiñones. También con músicos argentinos como Georgina Hassan, Marcela Passadore o el propio Franco. Empezaron a convocarme para tocar y así se me fue abriendo el panorama".

En paralelo a esas actuaciones, Juárez desarrolló también diversas tareas como arreglador, habiendo aportado incluso su trabajo en el último disco de Quiñones, con arreglos sobre obras que luego interpretaron Silvio Rodríguez y Jorge Fandermole, entre otros. En definitiva, todas esas experiencias se sintetizan en Sumergido, donde Juárez saca a relucir sus cualidades compositivas, ésas que se nutren de un vasto abanico musical: "En mi casa siempre se escuchó música popular, de Argentina, de Brasil, con discos de Mercedes Sosa hasta Miles Davis. Eso me influyó mucho a la hora de ir a buscar lo que me gusta hacer. De repente me gusta mezclarme con una canción, con una música folclórica, pero también me gusta mucho el lenguaje de jazz, la improvisación, con armonías un poco más complejas. En el disco creo que confluyen todos esos caminos".

Para la presentación de Sumergido en Rosario, Juárez subirá a escena acompañado por Mariano Sayago (contrabajo), Mauricio Palavecino (batería), Diego Suárez (flauta traversa) y, como invitados especiales, Carlo Seminara (percusión), Martín Juárez (guitarra eléctrica), Homero Chiavarino (acordeón) y Julián Venegas (voz). Junto a ellos recorrerá un disco que, según las devoluciones que ha recibido desde distintos países, suena a "jazz de la región". "Es un jazz más relacionado con el folclore, mirando desde Argentina hacia otro lado, y no a la inversa. Creo que éso, la raíz que se escucha, también está ayudando a que el disco se esté difundiendo en otros países", concluyó Juárez.