En pocas horas más hará su tan esperada presentación Nicola di Bari, en una de las más estelares salas de nuestra ciudad. Cómo no tener presente que desde 1967, cuando ya había orillado sus veintisiete años, nos viene visitando y que cada nueva llegada despierta ese sentimiento que alienta esa fuerte motivación que lo define, como él mismo subraya: romántica.

Sus canciones, que hoy podemos escuchar tanto en italiano como en castellano, surgen en el reconocido escenario de los Festivales de San Remo, en los que, junto a él, aparecen los nombres de Mina y Ornella, Luigi Tenco (su amigo), Gino Paoli, Caterina Caselli y Gigliola Cinquetti. Como asimismo, entre tantos más, en aquellos años 60, Rita Pavone y Sergio Endrigo... y siempre Domenico Modugno, ya desde fines de los 50, a quien Woody Allen celebra en más de un momento en su último film, incomprendido en parte por la crítica italiana, A Roma con amor.

De la misma manera, fue en el film La prima cosa bella de Paolo Virzi (que conocimos sobre fines del año pasado y que permaneció casi cuatro meses en cartel), cuando la voz de este joven cantante (corrían los primeros 70 y es el tiempo de apertura del film) volvía a circular entre los espectadores, el gran público, y esta canción homónima se empezaba a escuchar nuevamente en programas radiales. Su voz, definida por él mismo como "ronca, rara" ha sido elegida entre los cantantes populares desde sus inicios, ya que desde su modesta conducta siempre tuvo presente a su tierra natal, la Apulia, región del sureste de la península. Y durante muchísimo tiempo, uno de sus temas de los '70, "Paese", ocupó el lugar número uno en el orden de preferencias por parte de los oyentes.

De 1970 es "Vagabondo", esta canción que pone en acto su naturaleza errática y nómade, particularmente si tenemos en cuenta las numerosas giras que viene realizando desde hace más de treinta años por los países latinoamericanos. De la misma manera que algunos cantautores de hoy le rinden tributo, tal como Franco Battiato respecto de uno de sus temas, él nos ofrece sus emotivas interpretaciones de "Smile", del film Candilejas de Charles Chaplin, y de algunas composiciones de Luigi Tenco, tal como "Ho capito che ti amo".

De los discos simples de 45 rpm y de los LP de 33 rpm, a los casettes y hoy a los CD para formar parte de toda una selección, una antología, el nombre de Nicola di Bari, sus composiciones e interpretaciones, "Lisa la de ojos azules", "El artista", "El corazón es un gitano" y otras tantas que recordamos aún con su título en el original: "Il mondo e grigio", "Il mondo e blue", "Chitarra suona piú piano", "Zingara" o "Un grande amore e niente piú".

Y, por cierto, "L'ultimo romantico", esta canción del 71 de Pino Donaggio y Peppino Di Capri, que de manera inmediata pasó a ser uno de los grandes temas de la década desde su interpretación. Melodía que, en el original, revela una gran apertura frente al amor sin distinciones ni exclusiones, y que al mismo tiempo marca ese imperativo moral de permanecer fiel a sí mismo, a uno mismo.

La cita es esta noche (a partir de las 21, en la sala de conferencias del casino rosarino). Los días del pasado, desde los mismos ecos de los años de San Remo, ya se avecinan.