Martes, 20 de noviembre de 2012 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. EXPOSICIóN DE PATRIMONIO DEL MUSEO HISTóRICO PROVINCIAL
La muestra que pasado mañana quedará inaugurada en el Julio Marc se propone como un rediseño de su guión. A partir de piezas de su enorme colección, el Museo procura una revisión de los criterios de sus colecciones fundacionales.
Por Beatriz Vignoli
Pasado mañana a las 19.30, el Museo Histórico Provincial "Julio Marc" (Avenida del Museo s/n, Parque de la Independencia) inaugura una nueva exposición de su colección permanente de Arte Colonial, que, desde el equipo curatorial institucional, se propone como un rediseño de su guión. A partir de piezas de su enorme colección, el Museo procura una revisión de los criterios de las colecciones fundacionales de Angel Guido y de Julio Marc para "rascar en sus propias certezas" y crear así "un relato distinto que intenta inaugurar nuevas lecturas en torno el nacimiento mismo de la colección y el museo".
La muestra, titulada Arte Colonial en la Colección del Museo Histórico Provincial Julio Marc, reúne pinturas, platería, imaginería y mobiliario del siglo XVIII. Entre las piezas más imponentes se incluyen un frontal de altar de un convento franciscano de Lima y un tabernáculo de plata realizado para un iglesia de Puno -en el que celebró misa el papa Juan Pablo II cuando visitó Rosario en 1987- y un retablo de madera del siglo XVIII del área surandina que constituyen acaso dos de los tesoros más importantes de la institución.
A 73 años de su fundación, el Museo exhibe en su colección de Arte Colonial su propia historia. Es decir, la visión de la historia nacional con la que Julio Marc y Angel Guido crearon la institución, se nos informa desde el Museo. Cabe agregar que este gesto encuentra un antecedente muy relevante en la exposición Entre centenarios (2010), cuya sección de arte decorativo se expuso en dicho Museo, con curaduría del historiador Pablo Montini y de María de la Paz López Carbajal.
Según narra Montini en un ensayo del libro El coleccionismo de arte en Rosario (Cehipe y Fundación Espigas, Buenos Aires, 2008), el Museo Marc fue inaugurado en 1939 bajo la dirección del coleccionista Julio Marc, quien se abocó junto con el secretario de la institución, Angel Guido, a seleccionar lo que sería su patrimonio, donde lo que tuvo más peso fueron las propias colecciones de ambos. Pero no sólo ellas. "Más de un 70 por ciento del patrimonio del Museo al momento de la inauguración había pertenecido al propio Julio Marc", aclara Eugenio Travella en su libro 20 años en el Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc (Editorial del Paraná, Rosario, 2004). "Ese ejemplo contundente fue imitado por otras familias que donaron valiosos objetos para integrar las colecciones y salas. Según Marc, ellas fueron, entre otras: Minetti, Alabern, Fábrega, Sordelli, Fidanza, Castagnino, Martin, Martínez Carbonell, García, Borrás, Weskamp, Lagos, Amuchástegui, Mayor y Estévez, Martínez Díaz, Cepeda, Pinasco, Boglione, Monserrat, Vasallo, Berlingieri, Zuasnabar, Colombres, Ortíz Grognet, Rouillon, Landó, Marull, Palenque, Aldao, Carrillo, Goñi, Maldini, Araya, Machain, Novelli, Sust, Parmigiani, Loza, Cafferata, Astengo, Fernández Díaz, Cánepa, Aletta de Sylvas, Mackey, Foster y Orta Nadal.
Escribe Montini en su trabajo que el eje del Museo Histórico "se centraba en el mundo colonial andino. Desde su inicio, el Museo había salido a la búsqueda de un 'pasado propio', tomando como matriz inspiradora los postulados euríndicos de Ricardo Rojas, que establecían el origen de nuestra nacionalidad en la fusión hispano-indígena". Lo "euríndico" surge del concepto de Eurindia creado por Rojas: un neologismo que fusiona "Europa" e "India" y que dio título a su ensayo Eurindia (1924), donde postula una construcción estéticoideológica que define a lo nacional en un marco americano anterior a la Revolución de Mayo de 1810 y que exalta el mestizaje. La colección de Arte Colonial se origina en ese análisis, y el nacimiento de esta colección se reivindicó como fuente para la construcción de un arte nacional y moderno, que consolidaría una estética americana.
Un hermoso ejemplo de tal modernismo local, orientado por una noción mestiza del pasado hispanoindígena andino, se encuentra en la mansión Fracassi (San Luis y Corrientes), de estilo ecléctico neocolonial, que diseñaron y realizaron entre 1925 y 1927 los hermanos Guido junto al constructor Víctor Avalle, luego de un viaje a Bolivia. En esa obra moderna (su mural boliviano, su patio andaluz, etc.) se puede leer claramente cómo la historia del arte fue una construcción alentada por un ideal estético que se proyectaba desde un utópico futuro, un deber ser del arte americano. Tal es la tesis de esta nueva muestra de Arte Colonial: que la historia, como dijo Walter Benjamin, es una construcción cuyo punto de partida es el tiempo presente.
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