Jueves, 29 de agosto de 2013 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › CINE. ABBADON, CORTOMETRAJE DE CIENCIA FICCIóN DE SNAP! PRODUCCIONES
¿Alguien escucha los gritos de auxilio? ¿Qué ocurrió? Esos son apenas algunos de los interrogantes que el proyecto promete. Eso sí, siempre y cuando la financiación aparezca. En esta entrevista, el estado de la cuestión.
Por Leandro Arteaga
"Gracias por la chance de contar sobre el proyecto", dice Jesica Aran. Síntesis justa para el derrotero que atraviesa, entre escollos o meteoritos que no le frenan, porque de lo que se trata es de lograr la financiación para que Abaddon, cortometraje de ciencia ficción, vea finalmente la luz. Y desde un espacio pergeñado acá nomás.
"Venimos desarrollando Abaddon desde hace un año y medio, con un grupo de profesionales de la ciudad que ha ido creciendo. Nos encontramos en la etapa de desarrollo, a la que todavía dejamos más o menos abierta, como para ir modificando -de ser necesario- cuestiones relativas al equipo técnico, reparto, estética, fotografía, escenografía. Realizamos un demo de tres minutos, que funciona como epílogo de la historia, en donde ponemos a prueba lo que queremos hacer, para que la propuesta pueda encontrar financiación o para la aprobación de un jurado de concurso", comenta la realizadora, integrante de Snap! Producciones, a Rosario/12.
En www.proyectoabaddon.com puede consultarse la correspondiente galería fotográfica, visual concepts a cargo del ilustrador Carlos Barocelli, y el demo de tres minutos, con una carga de sorpresa que hace querer ver más, querer averiguar cómo es que la nave está varada en el espacio profundo, y cómo es que el equipo logró tan buenas imágenes. Al respecto, Aran explica que el rodaje fue realizado "en un simulador de vuelo de la escuela Flying Time de Rosario, que acondicionamos para que se viera similar a lo que queremos lograr en el corto, porque buscamos una estética todavía mejor".
- De acuerdo con el guión, hay un concepto de la historia (que esconde otras historias) que es acorde al género, de una complejidad que habla de un gusto personal por el género.
- Sí. En general, a nosotros nos gusta hacer género, y cuando tiramos la propuesta de hacer una película de ciencia ficción, con una nave, enseguida pensé en que se podía. El equipo de trabajo tiene dos caras, hay gente de nuestra edad, que recién está arrancando y con muchas ganas, así como gente que nos brinda la posibilidad de trabajar con ellos. En este sentido, tenemos un acuerdo casi de coproducción con la Escuela de Dibujo Barocelli, que nos presta su lugar para hacer allí todo lo que necesitamos; también con los chicos de Estudio Mood3d, que han hecho todo el render y la iluminación de la última parte del demo; lo tenemos también con nosotros a Juanjo Sánchez, de Estudio Robotto, que está oficiando de supervisor de efectos visuales. Estamos trabajando hasta donde podemos, pero con una producción grande, en donde los departamentos están divididos, hay supervisión y correcciones; creo que eso nos permite lograr una buena calidad.
- Tienen que lidiar con una desventaja, al género usualmente se lo menosprecia.
- El productor, de hecho, me quiere correr un poco del discurso de "corto de ciencia ficción", para evitar prejuicios del tipo "estos chicos se bajaron una galería de efectos de Internet para hacer un corto". Nuestro trabajo tiene contenido, y con el fin de demostrarlo es que también desarrollamos el demo. Los concursos a veces no tienen espacio para el cine de géneros, si bien la gente, me parece, claramente lo está eligiendo. En Buenos Aires hay un proyecto independiente, Daemonium, de mucha calidad, que en una semana metió veinte mil visualizaciones. Y se trata de un trabajo hecho sin aportes.
- Se nota, de todos modos, una vitalidad mayor para cierto cine de géneros que en Argentina casi nunca existió. De todos modos, un proyecto de cine documental reviste siempre más "seriedad" que uno de terror o de ciencia ficción.
- La idea de la historia fue también la de jugarla desde un estilo próximo a Ray Bradbury, donde el contenido tenga otro mensaje. Le mandé el guión a cuanta persona pude y recibí críticas sobre cuestiones que no había tenido presentes. Si te ponés a pensar, la ciencia ficción es una excusa, porque bien podría tratarse de un navegante en el Paraná. Lo que queremos con Abaddon es crear a nivel narrativo una situación de pesadilla, de claustrofobia. Lo hemos presentado al Fondo Nacional de las Artes y estamos esperando el segundo llamado a "Historias breves" del Incaa. Tenemos un presupuesto acotadísimo pero contamos con mucha gente. Una vez hecho el corto, la idea es incentivar a producciones similares.
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