Lunes, 9 de septiembre de 2013 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › FITO DESBORDó LA SOLIDARIDAD
El músico reunió a miles de personas en el concierto que organizó a beneficio de las víctimas de la tragedia de calle Salta.
Por Edgardo Pérez Castillo
Secundado en escena por amigos y colegas, respaldado por las organizaciones Mundo Invisible y Red Solidaria, por productores locales y por la Municipalidad de Rosario; Fito Páez convocó ayer a más de cinco mil personas en el Anfiteatro Humberto de Nito, sede de la segunda escala de la gira que el rosarino diagramó con un único fin: Recaudar fondos para las víctimas por la tragedia de calle Salta. Después de un show de más de dos horas, la etapa rosarina del tour arrojó su saldo: 492.700 pesos serán depositados en la cuenta de la Fundación Ciudad de Rosario.
El encuentro de ayer tuvo muchos de los condimentos de un festival, aunque sin júbilo ni exaltaciones desmedidas de parte del público, que extendió su manto de respeto hacia los familiares de las víctimas. Desde las pantallas, los abrazos a Rosario se multiplicaron durante la proyección de un video registrado durante el festival realizado semanas atrás en Metropolitano, estableciendo un nuevo nexo en un entramado solidario que anoche tuvo otra escala de relieve. Y entre los numerosos pedidos de justicia, hubo gestos que la exaltaron, como los francos aplausos a los Bomberos Voluntarios, que alzaron sus cascos para recibir un reconocimiento que, de aquí en más, debería perpetuarse.
Atrás había quedado ya la presentación de Intrépidos Navegantes, como así también la de Coki Debernardi, siempre prestándose a la mutación junto a sus Killer Burritos, dejando una conmovedora versión de "La Tormenta" y proponiendo algunos de los momentos más intensos de una noche que tendría picos de emoción para los gustos más diversos. Porque si algo caracterizó a esta convocatoria fue la pluralidad artística, a partir del heterogéneo listado de invitados con los que Páez recorrió 26 canciones propias y ajenas, mostrándose siempre como un generoso maestro de ceremonias.
Luego de abrir su set con un emotivo solo piano con el que recorrió "Dale alegría a mi corazón", "Piluso" y "11 y 6", Fito habilitó un desfile de invitados que incluyó a Fabiana Cantilo, Tan Biónica, Lisandro Aristimuño (con quien, a dúo, Páez logró dos bellísimas versiones de "Ambar violeta" y "Bello abril"), Iván Noble (que ofreció una relajada versión de "Avanti morocha"), Richard Coleman (que desde su guitarra slide hizo de "Héroes" uno de los puntos más intensos de la noche) y Benito Cerati.
Discípulos, hermanos y compañeros de viaje, Carlos Vandera, Gonzalo Aloras, Fabián Gallardo y Debernardi se unieron para darle forma a "La vida es una moneda", celebrada por un público que de inmediato explotaría con el Chaqueño Palavecino, que junto a su banda, y con Páez como tecladista, le dio forma a "Amor salvaje", "Balderrama" y "Chacarera de mis pagos".
Sobre el final, todos los músicos se reencontrarían en el escenario para un cierre obvio y necesario. "Yo vengo a ofrecer mi corazón", cantaron, como para promover que las redes se sigan entrelazando. Para que la justicia se concrete. Pero, fundamentalmente, para que el abrazo se perpetúe ya no sólo como reacción ante las grandes tragedias, sino también frente al dolor cotidiano de aquellos que también esperan que su voz sea escuchada.
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