Lunes, 27 de enero de 2014 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › SE ESTRENA EN MADRE CABRINI, DESPUéS DE 40 AñOS, UN FILM DE MARCO FERRERI
No tocar a la mujer blanca, con Marcello Mastroiani y Catherine Deneuve, parte de un episodio de la historia con los Pieles Rojas en Estados Unidos, para reescribirla, desde el punto de vista de los desclasados. Nunca se había exhibido en Argentina.
Por Emilio A. Bellon
En carácter de estreno, y a cuarenta años de su presentación en otros países del mundo, se podrá ver hoy, a las 20.30, uno de los tantos films censurados, prohibidos, del siempre polémico realizador italiano Marco Ferreri, nacido en Milán en 1928, No tocar a la mujer blanca, un film que ofrece una inusual situación, al tiempo que mira hacia otro momento de la historia, que es blanco de satíricas observaciones y que está ambientado en la ciudad de París, ciudad en la que falleció este tan notable director en 1997.
Tras el estreno de la hoy ya mítica La gran comilona, feroz alegoría sobre la sociedad canibalística de nuestro tiempo (que pudimos ver en versión completa recién en 1985), Marco Ferreri vuelve a reunir en No tocar a la mujer blanca a Marcello Mastroianni y a su pareja de entonces, Catherine Deneuve, quienes ya habían protagonizado Liza, una historia de amor y La cagna, ahora en los roles del General Custer y de Marie Helene de Boismonfrais. Particulares personajes que forman parte de esta historia que nos lleva al mismo centro de la ciudad capital, en la que un grupo de indios han ocupado un gran agujero, tras haber logrado una significativa excavación.
Jugando con figuras de diferentes períodos, Marco Ferreri, desde un guión compartido con Rafael Azcona (su amigo y co-guionista a partir de sus dos primeros films: El cochecito y El pisito, del 58 y 60),y una banda sonora de Philippe Sarde, diseña una serie de hechos que atraviesan el humor, en el espacio del absurdo y de los juegos del poder. En pleno centro de la metrópoli, el director de Historia de Piera reescribe ese episodio de la historia estadounidense, mirando hacia todos aquellos que han quedado al margen.
De esta manera, apelando a la estética de Bertolt Brecht, a sus principios de puesta en escena, Marco Ferreri logra desmontar ciertos comportamientos de la historia desde el desenmascaramiento de un simulacro, en el cual encontramos a eximios actores que adoptan otras identidades: Buffalo Bill lo asume Michel Piccoli, mientras el General Terry tiene el rostro de Philipe Noiret y el escolta indio, Mitch, es interpretado por uno de los actores claves de este director, Ugo Tognazzi. El personaje de Toro Sentado lo cubre Alain Cuny y el indio loco, Serge Reggiani. Invitado, Paolo Villagio, el Fantozzi del cine italiano, es un antropólogo que está ligado a la CIA y goza del apoyo del presidente Nixon y hasta el mismo director, entre otros, se reserva un rol, el de periodista.
Ante tan particular film, que adopta la forma de un western, y a la luz de los principios de Brecht y del siempre tan experimental y sorpresivo Jean Luc Godard, podemos pensar esta propuesta como una manera de subvertir los mismos principios del mismo género, en su versión tradicional, que monta sus historias en tres conceptos: "Dios, Patria y Familia". Y de igual manera, los Pieles Rojas pasarían a ser, desde esta visión oblicua, los marginados, desclasados, inmigrantes, los proletarios; los que habitan el Tercer Mundo.
Por otra parte, a continuación de este film, Marco Ferreri comenzará su ciclo sobre los comportamientos de la conductas humanas desde una perspectiva, como la definió él, entomológica. Así, en 1976 da a conocer La última mujer, con Ornella Muti y Gerard Depardieu, actor que en el 78 protagonizará Ciao, maschio, junto a Stefania Casini y Marcello Mastroianni. Y en el 84, nuevamente la Muti, junto a Hanna Schygulla y Niels Arestrup forman parte del elenco de El futuro es mujer. Algunos de estos films no se estrenaron en nuestro país.
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