Distinguido como uno de los proyectos más renovadores del folklore argentino, el Aca Seca Trío (Juan Quintero en guitarra y voz, Andrés Beeuwsaert en piano y voz, Mariano Cantero en percusión y voz) ha sabido traspasar las fronteras del género tanto en sus creaciones propias como en el abordaje a obras ajenas. Desde su rol de pianista, director y compositor, y partiendo del tango como lenguaje esencial, Diego Schissi llevó adelante una tarea similar junto a su quinteto, ése que desde 2009 completan Guillermo Rubino (violín), Ismael Grosman (guitarra), Juan Pablo Navarro (contrabajo) y Santiago Segret (bandoneón y voz). Desde hace tres años, ambos proyectos comparten esa mirada arriesgada y desenfadada en torno a la música, llevando sus correspondientes repertorios a una formación de octeto que, esta noche, llegará al Teatro Lavardén (Sarmiento y Mendoza) para acompañar al lanzamiento de Hermanos, el disco que registraran en vivo a fines de 2013.

En diálogo con Rosario/12, Schissi relató el surgimiento del octeto y profundizó en los puntos de unión que marcan al proyecto conjunto. "El comienzo fue medio fortuito, a través de tocar en dúo con Andrés, y a los Aca los vamos a ver desde hace años --confió--. Después ellos empezaron a venir a vernos a nosotros y a alguien se le ocurrió que nos juntáramos. La primera vez que surgió fue en Café Vinilo, pensando en hacerlo una o dos veces, pero se van a cumplir tres años y la verdad me pone muy contento, porque Aca Seca es uno de los grupos que más admiro, más he seguido, me ha emocionado y que incluso me ha influenciado para acercarme a hacer canciones".

- Si bien Aca Seca puede inscribirse dentro de lo que es el folklore, y al quinteto dentro del tango, hay una mirada en común en relación a traspasar esas fronteras, en ir más allá de los géneros. Eso termina resultando como un territorio común para ambos grupos, por lo menos en cuanto a esta mirada sobre la música y lo que puede hacerse con ella.

- Sí, creo que es éso. Por un lado una mirada abierta acerca de los géneros, donde cada uno siente que el género es un lugar de pertenencia amplio, donde tiene un montón de ramas y posibilidades. Por otro lado se trata de pensar que, más que géneros, se trata de música. Parece una cosa casi obvia, pero a veces uno se enfrasca en las reglas de un género. Y uno de los géneros que más se siente libre de cualquier presión es la canción, que puede ser casi de cualquier forma. Me parece que ahí se alinea todo ésto, en cierta libertad en encarar los géneros, cierta generalidad sobre el sentir del hecho musical, y encima de todo éso tener a la canción como el lugar donde puede confluir con gracia.

Para el pianista y compositor, un elemento clave para comprender el crecimiento del proyecto compartido tiene que ver también con una afinidad que se extiende más allá de lo artístico. "La verdad que se trata de un encuentro de personas, que está hasta por encima de lo que mencionaba antes sobre lo musical, y que es lo que hace que se renueven las ganas de volver a tocar", apuntó Schissi, y concluyó: "Por supuesto eso se plasma en lo musical, pero hay algo que pasa a nivel humano que hace que esto se repita, que lo hace tan disfrutable. Y eso promueve además la espontaneidad. Se genera algo muy lindo desde lo estrictamente musical y desde lo humano, donde la palabra Hermanos tiene que ver con reconocernos en un lugar común. Más allá de todo lo que se puede marcar de diferente, venimos de un mismo lugar".