Un libro puede ser ilegible y no ser una obra literaria sino otro tipo de artefacto: filosófico, en los bordes de lo artístico. Casi ilegible, fragmentario, reiterativo, obliterado por tachaduras en su versión impresa, La muerte de Manuel Quaranta, de Manuel Quaranta (Baltasara Editora, 2015) plantea desde la tapa una redundancia que lo aleja de la representación y lo acerca al acto. ¿Qué clase de acto? La simulación inverosímil de un suicidio. Más afín al "conceptualismo de los medios" que a la literatura, La muerte de Manuel Quaranta se podría ubicar a mitad de camino entre la broma pesada y un intento de intervención en la industria editorial con el fin de parodiar una situación contemporánea en la cual morir implica volverse interesante.

La muerte como estrategia de seducción: algo así. O la profunda pregunta infantil sobre si es posible hacerse objeto perdido del otro. O la radical imposibilidad de que sea verdad fiel este enunciado: "Me maté", que pone en duda todos los demás. Lo más atractivo del libro es la muñeca rusa de prólogos que como capas de cebolla emulan en su estructura al Museo de la Novela de la Eterna, de Macedonio Fernández. Ficción verité de un macabro carnaval mediático, estos prefacios, apócrifos o no tanto, llevan diversas atribuciones; entre otras, la firma del poeta Daniel Freidemberg (quien en 1991 prologó una antología de poesía joven). La muerte literal de un autor, parece decir Quaranta, autoriza a quien quede a cargo del legado (un narrador anónimo, en el libro) a publicarle todo, incluso las divagaciones adolescentes que ocupan la mayor parte del denso volumen de poco más de doscientas páginas, que cierra con un "epitafio" por Lila Siegrist. No es necesario leer todo el libro. Basta con captar la operación.

Manuel Quaranta nació en 1979 en Rosario, donde vive y trabaja como profesor de Filosofía en la UNR. Colabora en Rosario/12 y en Anuario. Aparentemente habría sido nombrado Escritor Distinguido, dato que el autor difundió el año pasado en la red social Facebook pero que no figura en la solapa del libro. La muerte de Manuel Quaranta se presenta mañana a las 19 en la Universidad Abierta de Adultos Mayores de la Universidad Nacional de Rosario (Corrientes 2001). Daniel Freidemberg presentará el libro junto a su editora, su autor y la artista plástica Gabriela Gabelich.