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"Quedar en el segundo lugar en la lista del Frente Justicialista para la Victoria, peleando con estructuras fuertes, como La Cámpora y el Movimiento Evita, nos pone muy contentos y nos produce una enorme satisfacción", señaló María Fernanda Gigliani, la concejala de Iniciativa Popular que irá por la reelección de su banca en el Palacio Vasallo. Tras la sonada ruptura del año pasado con el Partido del Progreso Social (PPS) que lidera Héctor Cavallero, la concejala pudo demostrar que su idea de apostar a una renovación dio sus frutos. "Nos habían firmado el certificado de defunción política y fuimos la gran sorpresa, pero éramos conscientes de que nos iba a ir bien porque muchos vecinos nos habían acompañado", planteó Gigliani. "Si hay algo que dejó la primaria, que valoro positivamente, es que la gente hizo una apuesta a la renovación", agregó la edila.

Gigliani fue la segunda candidata más votada en la interna del Frente

Justicialista para la Victoria, donde se presentaron 12 listas, lo que le asegura un nuevo período en el Palacio Vasallo luego de romper con el PPS. "Creo que lo importante de la lista de concejales es que se dio lo que nosotros esperábamos, una renovación política. Creo que si algo caracteriza a esta lista de concejales es eso. Y en segundo lugar, que eso no se dio de manera natural. La lista quedó conformada por el voto de los vecinos, desde Sebastián Artola, María Magnani y el Edu Toniolli, y a nosotros nos costó una ruptura".

Según Gigliani, la decisión de romper con el PPS no es un dato menor: "Cuando nos preguntaban cómo nos iba a ir, decíamos que nos iba a ir muy bien. Algunos desconfiaban de eso, de hecho en algunas encuestas ni aparecíamos. Suena fuerte, pero nos habían firmado el certificado de defunción política y fuimos la gran sorpresa. Eramos conscientes de que nos iba a ir bien, lo poco que pudimos construir en muy poco tiempo, cinco meses, era con la gente, algo que habíamos sentido a muy pocos meses de la ruptura con el almuerzo donde metimos cuatro mil personas en La Rural, sin colectivos, sin movilización, con muchos vecinos que acompañaban lo que hicimos en ese poco tiempo".

La concejala agregó que muchos vecinos le plantearon durante la campaña que no compartían el hecho de participar de las Paso con una lista en el Frente Justicialista para la Victoria, pero que le reconocieron haberse puesto al frente en varias causas. "No tiene que ser una cuestión que nos identifique a nosotros también, debe ser algo que caracterice a todo el arco político, donde no hay que preguntarle a la persona que viene si te votó o no, si es radical, peronista o socialista, si no que uno desde un cargo público tiene el deber de respresentarlo", argumentó.

Gigliani dijo estar reconfortada por ese tipo de reconocimiento, más allá de las banderas partidarias. "Si varias personas te dicen que no comparten la totalidad de tus posicionamientos políticos, y que sin embargo reconocen tu labor, honestidad, que te pusiste al frente, que no sos obsecuente y no condescendiente con los factores de poder en la ciudad, y que en definitiva siempre pone adelante el interés de los vecinos, eso me da mucha satisfacción", abundó la edila.

-¿Considera que esta idea de renovación, que es común al resto de los partidos, permite vislumbrar una nueva etapa en el Concejo?-

-Siempre pienso que la renovación no debe ser siempre en términos generacionales porque tampoco la juventud en sí misma es un valor. Pero sí creo que hay algo que dejó la primaria, que valoro positivamente y que no se va a volver: la gente hizo una apuesta a la renovación. En todos los partidos políticos, en nuestro caso mediante una ruptura, naturalmente entendieron que esto era parte de las demandas de la ciudadanía. Hoy ves desde la izquierda, con Juan Monteverde, dentro del Frente Justicialista para la Victoria que en los primeros cuatro lugares hay personas menores de 40 años; desde el mismo Frente Progresista, con Pablo Javkin y María Eugenia Schmuck, representaban ese recambio generacional que es altamente positivo. Es más, si también observás la performance electoral de algunos actores políticos principales, que pueden ser referentes importantes, han hecho la peor elección en su historia.