El acercamiento a la música de Harold López-Nussa puede emparentarse con el de gran parte de los artistas formados en Cuba tras la revolución. Entre la formación clásica de conservatorio y el contacto directo con expresiones populares como el jazz y ritmos propios de la isla, el pianista fue conformando un espectro sonoro personal, traducido en una repertorio que esta noche sonará por primera vez en vivo en Rosario: desde las 21.30, el joven artista actuará en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río) junto a Mayquel González en trompeta, Julio César González en bajo y Ruy Adrián López Nussa en batería y percusión. Y es una visita que entusiasma al pianista, que confiesa: "Crecí escuchando en mi casa la música de Piazzolla, de Charly García, de Fito Páez y viendo videos maravillosos de Les Luthiers. Siento que estoy cumpliendo un sueño".

Composiciones propias, "standards cubanos y mucha improvisación" marcarán al concierto de López-Nussa, quien reconoce como punto de inflexión en su carrera la participación en el Solo Piano Competition del Montreux Jazz Festival. "Esa experiencia cambió mi vida", admite a Rosario/12 el músico nacido en 1983 en La Habana, que desde niño supo moverse en un amplio espectro musical: "En Cuba la formación de los músicos desde principios de los años 60 es netamente clásica en los conservatorios. Entonces aunque mi papá y mi tío se dedicaron mucho más a la llamada música popular, siempre fue algo muy natural el estudiar en la casa a los compositores del gran repertorio, Mozart, Beethoven, Chopin, y después salir en la noche a un concierto de mi papá con Santiago Feliú o a algún ensayo del cuarteto de jazz de mi tío. Incluso recuerdo las reuniones de la familia en casa de mi abuela que pasaban alrededor del piano. Allí mi hermano y yo tocábamos las últimas piezas de música clásica que habíamos aprendido y después Ernan, mi tío, tocaba siempre algún standard de jazz y alguna de sus composiciones. No he sentido que haya una separación entre un mundo y el otro, simplemente pienso en la música como una sola. Claro, con sus peculiaridades en cada género".

Como intérprete, a los 18 años Harold López-Nussa comenzó a abrir aún más el espectro, acercándose al jazz, la música tradicional cubana y el pop. "Fue sobre todo algo que hice como una prueba, no tenía la certeza de si podría tocar o no música popular --recuerda--. Me causaba mucho miedo pensar en tocar una pieza que no tuviera todas las notas escritas en la partitura. Gracias al apoyo de mis padres, mi tío y mis amigos lo intenté... y lo agradezco infinitamente. En el jazz encontré la forma para expresarme que más me gusta. Precisamente la libertad que me da el jazz es lo que más me gusta ahora. El riesgo constante a equivocarte, la idea de no saber 100 por ciento qué va a pasar es algo que me cautiva enormemente".

- En algunas entrevistas reconoció que sentía que la mejor descripción para su música es aquella que Chucho Valdés definió como "jazz cubano". ¿Cuáles son los rasgos distintivos de ese jazz cubano?

- Creo que los cubanos somos muy nacionalistas y sí, me gusta mucho el término jazz cubano. Podríamos decir que entraría dentro del latín jazz, pero sería una sección más específica. El término latín jazz estuvo dado en Estados Unidos por la mezcla de nuestros músicos latinos con los norteamericanos. Tal vez con dos de sus exponentes más fuertes del momento, Dizzy Gillespi y Chano Pozo. Pero realmente creo que mucho del jazz que se hace en América, fuera de Estados Unidos, es latín jazz.

No solamente es la combinación con los ritmos tradicionales cubanos o folclóricos, creo que también hay melodías características y armonías que se utilizan en el jazz cubano y que lo diferencian de otro. Pienso que siempre he estado trabajando más en la mezcla de los géneros de la música tradicional cubana con el jazz. Menos con la parte afrocubana de nuestra música. ¡Pero en realidad me interesa todo! Pienso que tengo mucho por hacer todavía. En estos momentos estoy haciendo un proyecto con un bajista y cantante de Senegal que me lleva mucho más a la parte afrocubana de nuestra música y por supuesto a la música africana, que fue donde nació la nuestra. Mientras tenga fuerzas intentaré crecer y aprender todo lo que pueda.

- Considerando el carácter de creatividad e improvisación propios del jazz, ¿qué aspectos lo atraen de un músico al momento de sumarlo a su banda? ¿Le interesa que en ellos también esté presente el vínculo con la música popular cubana?

- Por supuesto que me siento muy comido cuando los músicos con que toco tienen el mismo lenguaje que yo. Es muy cómodo y es algo que pasa realmente muy frecuentemente en Cuba. La mayoría de los músicos jóvenes tienen la misma formación. La escuela con la música clásica y la calle, como decimos en Cuba, con la música popular. Así que la mayoría de los músicos cubanos con los que todos hablamos el mismo idioma. De cualquier manera, me interesa mucho poder colaborar con músicos de otras latitudes, con otra formación, con otra cultura, eso es algo maravilloso que creo que la música puede hacer más que ninguna otra de las artes.

- En ese sentido, ¿qué rasgos destacaría de los músicos que lo acompañarán en Rosario?

- Son los músicos que me acompañan en Cuba por hace unos cuantos años. Son mis amigos y además grandes músicos muy jóvenes. Sé que me puedo sentar al piano y comenzar a tocar lo que se me ocurra, ellos van a estar conmigo. Conocen muy bien mi música y me siento realmente resguardado cuando estoy con ellos. Son parte de la nueva generación de músicos cubanos pero con una carrera muy sólida en el país. Han tocado y grabado con todo el mundo allá. Realmente me siento muy afortunado de tenerlos conmigo.