Hace unos años, en la constelación moderna de la Serpiente (en el lugar correspondiente a la estrella MWC 922), los astrónomos descubrieron una nebulosa simétrica de color rojo bermellón, que parecía un cristal tallado. Sin poder explicarse por qué tenía esta forma, la apodaron el cuadrado rojo. Los objetos geométricos regulares son muy raros en el espacio sideral, no así en el arte moderno. Al artista plástico Juan Hernández (Rosario, 1980) le impactó una breve noticia referida a esta rareza del espacio profundo. "Pensé que era una estrella cuadrada, y fue lo primero que supe de la muestra", dijo.

La estrella cuadrada puede verse hasta el 13 de agosto, de martes a viernes de 14 a 19, en el espacio Embrujo, el local 2 de la Galería Dominicis (Corrientes 314). Hernández (quien realiza instalaciones de pared donde estallan, cual supernovas, los estrechos límites del soporte) intervino los vidrios con un celofán rojo que arroja siderales destellos sobre un puñado de hojas de bloc donde anotó o bosquejó algunos sueños que tuvo. Como custodiando la muestra, una mano aferra una espada por el puño y por el filo, pintada del derecho y del revés sobre una alfombra de barato exotismo. La constelación complementaria de la Serpiente se llama Ofiuco, que significa "el que atrapa la serpiente". Un autorretrato onírico de Hernández lo muestra contemplando una serpiente anaranjada, vertical y retorcida, que levita en el aire. Compositivamente, la estrella de la muestra es la estrella: un cuadrado rojo rotado 45 grados, seguido de una "estela" de pruebas de color. El estilo es ecléctico y el sentido, críptico. La artista plástica Virgina Negri, que dirige Embrujo, tira un par de centros que sugieren algo como el lado B o el subconsciente: sueños, pruebas de artista... Tras hablar con el autor y seguir sus pistas, el tema en común pareciera ser la pregunta sin respuesta por el misterio de la forma. No se trata sólo de lo que queda fuera de la obra diurna sino de lo que queda excluido definitivamente del sentido.