A doce años del estreno del proyecto, el músico Alexis Perepelycia decidió volver a escena con Lo que queda sólo en tu mente, trabajo multimedial basado en textos de Así habló Zaratustra, de Nietzsche. Acompañado, como en aquella primer ocasión, por el realizador audiovisual Gustavo Galuppo y, ahora, por la bailarina Alejandra Valdés, Perepelycia decidió retomar una obra que busca "abordar al estereotipo como centro de la organización social". Manteniendo la estructura y los textos originales, la puesta se presentará esta noche, a las 21, en el Túnel 4 del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), para luego comenzar a delinear su recorrida por circuitos alternativos.

Estrenada originalmente en una muestra de arte digital realizada en el Centro de Expresiones Contemporáneas, Lo que queda sólo en tu mente se basó en fragmentos de la obra de Nietzsche, a los que el propio Perepelycia fue conectando con material propio. "Escribí otros textos que me parecía que faltaban para terminar de coser la obra --recuerda Perepelycia--. Yo venía masticando esa idea de lo repetitivo, lo estereotipado, lo sistémico, maquínico. Esas cosas repetitivas que son los sistemas de producción, de organización social. Y me pareció que estaba la posibilidad de agrupar todas esas inquietudes y búsquedas que tenía".

A más de una década de su primer presentación, la obra sigue resultando representativa para el músico y director, que reconoce: "Me parece llamativo que si bien en ese momento tenía 24 años, mi mirada no ha cambiado respecto a los textos de la obra. Las cosas que escribió Nietzsche hace más de un siglo siguen vigentes, las sociedades siguen sistematizadas. Y en relación a mis textos, quizás ahora los sienta un poco blandos, pero me siguen representando también. Más que nada siguen representando al pensamiento de la obra. Quizás si los tuviera que escribir hoy, serían diferentes. Pero me parece que siguen siendo funcionales a la obra".

Con algunas pequeñas variantes en las proyecciones visuales de Galuppo y la interpretación musical (a cargo del propio Perepelycia), esta nueva versión tiene como principal modificación la participación de Valdés en reemplazo de la actriz Julieta Meinero, quien participó de la primera versión. Sin embargo, el cambio no supone una afectación a la estructura general de la pieza, según explica el autor: "Sigo pensando que cada uno de los componentes, los textos, la danza, la música y las proyecciones, tienen que ser funcionales a la narrativa de la obra. Y que las escenas se vayan desarrollando y ampliando unas con otras, construyendo lo multimedial. En la primera versión, con Julieta queríamos que su texto estuviera amplificado en vivo, pero optamos por grabarlo, por lo que su cuerpo en escena quedaba como parte de una escena muda, con la voz en off. Y en esta versión, la voz que se escucha tampoco es de Alejandra, sino de Luisina Egidi. El texto grabado es el que le pone voz a un cuerpo en escena y termina de armar al personaje, completa la idea de actuación porque hay una serie de acciones que el cuerpo en escena realiza y que el texto va remarcando, al igual que la imagen".

Esa multiplicidad de información pone al espectador en una situación de compromiso, invitándolo a completar el sentido. "La idea es que cada uno de los sistemas que hay en ese momento sean atractivos, y el que los percibe va completando todo", considera Perepelycia, que concluye: "La parte de cada uno tiene una carga importante. Porque si bien la narrativa es multimedial, no buscamos algo que sea liviano. Está bueno que sea entendible, pero buscamos que esté un poco corrido, que sea más jugado. Buscamos exigirle un poco más al público, apuntando a un tipo de público que tenga ganas de tirarse a la pileta, como hacemos nosotros en cada vuelta".