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La obra del poeta santafesino Francisco Bitar, a la que un colega suyo definió como "uno de los proyectos más consistentes de la poesía argentina reciente", dio cuatro jugosos frutos este año: un libro de cuentos publicado en Córdoba (Acá había un río, por Ediciones Nudista); la edición barcelonesa de su nouvelle premiada Tambor de Arranque, por Editorial Candaya (a partir de una primera edición en 2012 por la EMR); un reciente libro de crónica literaria escrito para la Colección Naranja de la Editorial Municipal de Rosario (Historia oral de la cerveza), y, también en Rosario, por la editorial Iván Rosado, ese puñado de poemas imprescindibles que fueron reunidos como libro en The Volturno Poems.

The Volturno Poems es uno de esos libros que conviene llevar en la mochila por si la existencia ataca. En una provincia donde el verano se parece demasiado al infierno ("y a las cinco no pude más/ y arranqué una cerveza"), hay un poeta que escucha y traduce con suave humor la pequeña sabiduría de las cosas. Un porrón de cerveza que responde a las leyes de la física y tiende a la homeostasis térmica, una caña de pescar sola en la orilla, un auto que aún no se enteró de la muerte de su dueño, una tanguita imaginada que requiere un hilo de agua para lavarse, una cajita de música que suena en la basura trayendo la memoria de una infancia o juguetes "muertos" en una estación de servicio abandonada, son solo algunos de los objetos con los que trata el poeta. Son objetos a la vez muy vivos, extrañamente póstumos, porque el modo oblicuo de narrarse que tiene Bitar en varios de estos poemas es el del fantasma que los asedia.

Si bien es obvio que la obra de Bitar abreva en tradiciones regionales de vanguardia como la poesía de Manuel Inchauspe o el objetivismo de Juan José Saer y sus seguidores, la fenomenológica sencillez con que aborda todo el misterio de la existencia a través de un detalle lo acerca al Eugenio Montale de Xenia o al Miguel Hernández de "Nanas de la cebolla", sobre todo cuando la musicalidad del texto arrima el prosaísmo a la lírica o a la copla. Las cosas, en Bitar, están ligadas al tiempo irreversible, constatación que Bitar expresa con máxima elegancia y sin ninguna estridencia.

El universo minimalista de Bitar es un sistema de enseres básicos en funciones elementales: enfriar, alumbrar.

Licenciado en Letras, nacido en 1981 en la ciudad de Santa Fe, donde vive y dicta un taller literario, Francisco Bitar publicó además, en poesía, Negativos (2007), El Olimpo (Chapita, 2009, reeditado por Stanton en 2010), Ropa vieja: la muerte de una estrella (2011) y el libro de cuentos premiado Luces de Navidad (UNL/Espacio santafesino, 2014). Integra las antologías 30.30 (2013) y 1.000 millones (2014), publicadas por la EMR.