El Museo de Ciencias Naturales "Angel Gallardo" reabrirá formalmente sus puertas. Y aunque, tal como se anunciara en la pre-inauguración realizada hace casi un año, la historia de la institución seguirá estando representada, esta tarde el público podrá descubrir un nuevo museo, producto no sólo de la intervención y refacción de sus 1300 metros cuadrados (que incluyó la construcción de 550 metros cuadrados con estructuras orgánicas), sino además de la apuesta por una nueva concepción museológica. Así lo destacó Sebastián Bosch, coordinador general de la institución: "Hay bastante teoría detrás de todo esto. Lo que se ve manifestado mayormente es la praxis de esa teoría, que tiene que ver con pensar un museo que funcione de un modo diferente".

En ese contexto, quienes resguarden el recuerdo del Gallardo con sus animales embalsamados podrán remontarse al pasado solicitando una visita al depósito de zoología donde se resguardan las piezas taxidermizadas, algunas de las cuales formarán parte de las muestras estables. Los antiguos protagonistas se reinsertan así en un concepto museológico renovado. "Lo que se intenta hacer es trabajar con el concepto de museos 2.0, museos en donde la gente tenga la posibilidad de construir relato, aportar a la narrativa. Es correrse un poco de este museo que pregona principios que son universales y posicionarte en otro lado, en lo multidimensional, donde todos construimos algo. En ese sentido, en las muestras de sala va a haber ejemplares taxidermizados, pero van a estar en función del relato, de la narrativa que queremos construir", apuntó el coordinador general.

Las narrativas a las que alude Bosch están vinculadas con temáticas que tendrán una permanencia prolongada en la programación de la institución provincial, mientras que los contenidos irán modificándose a partir de la interacción con los visitantes. "La gente tiene la posibilidad de construir contenido dentro de la sala. Entonces hay una parte de las muestras que va a estar durante un tiempo largo, y otra que irá mutando a partir de esos aportes", explicó Bosch, que agregó: "Quizás eso sea lo más interesante. Cuando no direccionás el mensaje abrís el juego. Presumimos que lo que va a suceder, el resultado final, va a ser mucho más rico que si el Museo elabora un mensaje unilateralmente. La construcción colectiva de la narrativa va a ser mucho más rica".

Aunque, claro, habrá disparadores concretos que guíen esas narrativas: la planta baja del Museo Gallardo estará dedicada a abordar la profundidad temporal del hombre en suelo santafesino, desde los primeros rastros hace 8 mil años hasta el presente, prestando especial atención a la llegada de los inmigrantes europeos, "un punto de inflexión en la cosmovisión existente". En tanto, el primer entrepiso estará dedicado a la alimentación, abordada desde una óptica cultural que permita comprender la incidencia de la demanda y el mercado en la diversidad cultural y biológica. La sojización y el monocultivo aparecen así como fenómenos a ser analizados. Por su parte, el primer piso del Gallardo estará dedicado a la Pampa global, cuyo paisaje comenzó a modificarse precisamente a partir del arribo de los europeos. En esa misma sala se montarán dispositivos propositivos, para que los visitantes aporten su visión y fomenten así la construcción colectiva de sentido.

Pantallas táctiles y de 180 grados, dispositivos lúdicos, piezas paleontológicas milenarias y nuevos espacios de sociabilización forman parte del nuevo Gallardo, que tras su reinauguración (programada para esta tarde a las 19.30, con la presencia del gobernador Miguel Lifschitz y de la ministra de Innovación y Cultura Chiqui González) ofrecerá un horario extendido de apertura mañana, de 16 a 22, y el domingo, de 16 a 20.

De este modo, este tradicional organismo cultural comenzará a reestablecer su vínculo con la ciudadanía desde una concepción renovada, que traduce la labor llevada a cabo por "un equipo de trabajo enorme", según la distinción final de Bosch: "Los contenidistas para todas las muestras fueron los integrantes del equipo de antropología, paleontología, zoología y botánica. El diseño museológico-museográfico fue realizado por gente del Museo y personal externo. Desde Señal Santa Fe se desarrollaron las producciones audiovisuales. Incluso en los créditos de muestra ponemos también a los albañiles, que hicieron que esto quedara tan bonito como quedó. Hubo además diez o doce carpinteros trabajando en los muebles que diseñamos. Fue un equipo muy grande, lo que nos dio un montón de visiones diferentes".