Domingo, 25 de septiembre de 2016 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › NADIE MUERE EN NAVIDAD, óPERA PRIMA DE LA DIRECTORA CAROLINA TORRES
Las situaciones familiares y pasiones que estallan para las fiestas de fin de año, contadas en clave de grotesco.
Por Julio Cejas
En la víspera de una Nochebuena, Claudia y Julián se preparan para recibir a Jorge, un compañero de la oficina de Claudia, ocasión en la cual le presentará a su hijo: una ilusión que no se concretará.
En esta tensa espera matizada por los rituales de una fiesta tradicional, se desarrolla la trama de Nadie muere en Navidad, ópera prima de Carolina Torres que se estrena el próximo sábado a las 21 en el Cultural de Abajo (San Lorenzo 1302).
"Pareciera que la Navidad es la fiesta que reúne a la familia, todos debemos ser felices esa noche cargada de la magia de Coca Cola; sin embargo, a pesar de los fuegos que alumbran el cielo, son épocas que nos encuentran muchas veces sintiéndonos solos, entre balances de otro año que no termina de satisfacernos", dijo la directora a Rosario/12.
Desde hace 6 años, Torres -alumna del prestigioso maestro Alejandro Catalán- se dedica además a producir los seminarios que el director porteño realiza en Rosario.
"El proyecto Nadie muere en Navidad surge del interés común por trabajar sobre determinado tipo de lenguaje actoral, inspirado en los seminarios de Catalán. De allí surgen Luciano Ciarrocca y Mari Sojo, dos de los integrantes del elenco a los que se sumaría después Mario Vidoletti", explicó Torres.
La directora se apoyó en la improvisación de su equipo actoral para después reescribir las escenas, estrategia que consideró como un "procedimiento de búsqueda y espacio dialéctico para tratar de crear un espectáculo propio".
En esta primera experiencia con la dirección teatral, Torres construyó el texto en base al aporte de los actores, a los que consideró responsables de una dramaturgia basada en sus intervenciones; que fueron trabajadas durante más de un año de ensayo.
A la hora de definir la relación entre su obra y el público; la directora profundizó el tradicional rol de voyeur que ocupa el espectador para que se identifique con las situaciones, "como si espiara por la ventana de una casa la intimidad de sus protagonistas".
--¿Cómo trabajas desde la dirección, esta relación de empatía entre los actores y el público?, preguntó este diario.
--La búsqueda de un verosímil en relación con las actuaciones es uno de los ejes de este trabajo, lograr personajes con contradicciones, a los que les están pasando cosas; piensan y sienten en escena; toda una serie de mecanismos que aparecerán en el cuerpo de los actores, no como un gesto técnico, sino como afectaciones concretas; tratamos que la obra pueda contener distintas capas de sentido, proponiéndonos así llegar a un público amplio", dice la directora de Nadie muere en navidad.
La propuesta que aborda desde el grotesco las situaciones familiares que estallan para las fiestas de fin de año y que podrá verse todos los sábados de octubre y el 5 y el 12 de noviembre contó con el aporte de Florencia Marting en el vestuario y Aldo Bruzzo en la asistencia de dirección.
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