Domingo, 25 de septiembre de 2016 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › ESTO ES UNA ESCENA, EL LIBRO SOBRE EL MOMENTO MUSICAL DE LA DOCTA
Juan Manuel Pairone coordinó varias crónicas que reseñan una veintena de bandas que nutren el rico jardín del rock en la provincia vecina. Elementos que consolidaron un panorama de músicos y autores tan ambicioso como diverso, y que ya suenan fuera de casa.
Por Edgardo Pérez Castillo
La existencia de una escena supone la interacción de factores que determinan un contexto favorable para el desarrollo de una actividad. En ocasiones, la mención a "la escena" es puro formalismo, un modo de referenciar a cierto grupo de artistas que comparten una disciplina aún cuando el marco social o político poco colaboran para su progreso. ¿Qué es entonces lo que determina la existencia real de una escena? ¿Cuánto hay de construcción, de impulso marketinero? Si de rock se trata (entendiendo al rock como concepto y no como pura descripción de género), cualquier vistazo histórico permite constatar la aparición de escenas auténticas y, también, la astucia de los medios y promotores por crearlas. ¿O no fue acaso la Trova Rosarina una argucia, un efectivo título promocional para que la música de la ciudad estallara en Buenos Aires? Así, mientras el país todo repite la figura que indica que, en Rosario, los músicos nacen debajo de las baldosas, en esta ciudad los artistas deben poner tanto énfasis en la creación como en el debate sobre la propia subsistencia.
En este marco, el libro Esto es una escena puede funcionar como base para empezar a desentrañar algunas claves. Porque detrás de una propuesta central que anuncia la reseña a una veintena de bandas cordobesas por distintos cronistas (en su mayoría jóvenes, muchos de ellos partícipes del movimiento musical cordobés, algunos vinculados a otras artes, todos comprometidos con la obra asignada), la publicación coordinada por Juan Manuel Pairone permite aproximarse a algunos elementos que derivaron en la consolidación de esa escena musical diversa, cuyos exponentes suelen transitar los escenarios rosarinos, y que también ha comenzado a cautivar a la prensa nacional. Un movimiento que encontró en Esto es una escena una herramienta sólida para su legitimación.
Tomando como disparador la colección Extra life, de la editorial Llanto de Mudo, en 2014 Pairone comenzó a idear una obra literaria sobre la música desde Córdoba. "Me dí cuenta de que no tenía que ser algo tipo las editoriales Caja negra o Gourmet musical, algo más dedicado a lo consagrado, sino que se podía hacer también desde acá", relata a Rosario/12 el periodista, ex bajista de Un día perfecto para el pez banana y antiguo integrante del prolífico sello Ringo Discos, que el próximo sábado (a las 19, en Nómade) presentará Esto es una escena en Rosario, en una jornada que sumará la participación de la potente banda rosarina Aguas Tónicas y de su par cordobesa Viaje a un minúsculo planeta.
-- Después de la experiencia que significó el libro, y sobre todo también entendiendo tu pertenencia al medio musical, ¿qué es lo que permite hablar de una escena?
-- En primer lugar la música. El hecho de que haya discos, bandas tocando, músicos hablando de otros músicos, bandas que fueron a ver, bandas con las que les gustaría tocar. Es una actividad bastante endógena, pero también muy productiva a nivel ideas, de cruzarse con otros proyectos y generar una comunidad. Y por supuesto un público, por más chico que sea, porque es necesario generar una circulación con otra gente que tenga interés por eso y lo vaya difundiendo de boca en boca, que funcione como motor de circulación. Después me parece que ya cuando hay una pequeña legitimación de parte de los medios, digitales quizás, más ligados al under y no tanto en relación a lo que pasa en los primeros niveles de los rankings, pero que tenga un reconocimiento como actividad. Entonces efectivamente hay que ponerle un nombre, porque está pasando algo. Si se genera esa inquietud es porque está pasando algo, porque sale de un círculo de artistas, de compañeros de oficio, y se va regenerando.
-- Es posible ver que hay diversidad entre las bandas que se reseñan en el libro. ¿Qué es lo que, desde tu mirada, caracteriza a la escena cordobesa?
-- Creo que la palabra clave es ésa, la diversidad. De hecho el proceso del libro me llevó a tenerlo más claro. Que la realidad musical de Córdoba es diversa y no sé si diría compleja, pero sí que mucha de la música que se hace tiene ambiciones. No siempre los resultados son los mejores, quizás podría hacerse de otro modo, en diferentes niveles por ahí hay un grado de amateurismo, pero también hay una ambición que está buenísima.
-- El hecho de que se hable de una escena genera una sinergia: aquel que no tiene una inquietud propia quizás quiere conocer éso de lo que muchos están hablando. Se favorece así un acercamiento. ¿El libro aporta a la consolidación de una noción de escena en Córdoba?
-- Un poco el título juega con éso. No trata de decir "esto está pasando, préstenle atención", sino que le está poniendo nombre: esto es una escena, vengan a conocerla. Un poco se trata de éso, en cada proyecto que uno pueda encarar vinculado a la música está esa motivación para difundir, darle cada vez más potencia a algo que te está volando la cabeza, que venís siguiendo día a día y ves cómo crece, sea cual sea el lugar que ocupes.
-- Distintos autores en el libro, con estilos muy distintos, van dando una mirada no sólo específica de cada banda, sino que también abren el juego, hablan del contexto. En ese marco algunos citan a la "escena platense", que es una escena con mucho respaldo mediático pero, y esto es una mirada personal, que muchas veces está sobrevalorada, con propuestas cuya calidad no se acerca, por caso, a la de muchas bandas de Rosario. ¿Los medios también pueden generar un imaginario respecto de una escena?
-- Bueno, estamos muy cerca en cuanto a opinión, siento algo parecido con la escena de La Plata, me parece que se agotó un poco a sí misma. Por lo menos en sus exponentes más reconocidos. Uno viene viendo cierto tipo de bandas, ciertos sonidos asociados a esos nombres y de algún modo perdió la frescura. Eso es lo que creo que en este momento en Córdoba está bastante en alza, hay una sensación de que están pasando cosas nuevas, que hay cada vez más gente que se acerca a ver a los shows, es palpable. Hay propuestas de mayor calidad, mes a mes, es impresionante lo que se crece desde los shows, en un contexto donde los shows son el gran valor de cambio de los músicos.
Según analiza Pairone, promediar el nivel de concurrencia a los shows cordobeses conlleva la dificultad de tener que considerar "variables muy complejas", aunque reconoce: "Si cualquiera de las bandas que están en el libro presenta un nuevo disco y hace un laburo responsable en cuanto a difusión y demás, me parece que no puede bajar de 300 personas, mínimo, y dependiendo de la sala puede llegar tranquilamente a 500 personas".
-- En algunos de los artículos se menciona el crecimiento del público como una clave para hablar de una escena, algo lógico. ¿Por qué se dio ahora ese crecimiento?
-- Creo que básicamente es producto de un crecimiento sostenido durante varios años. De hecho la ventana de tiempo que analiza el libro es entre 2012 y parte de 2015. En esos años uno puede ver, año a año, cuánto se ha ido creciendo a nivel de producción discográfica, de shows, hay pequeños saltos de calidad que se fueron dando. Hoy es un lenguaje muy común, hablamos de video, de pantalla, de producción de luces, cuando hace cinco años todavía era un objetivo. Se han ido asentando ciertas ideas, estrategias, que vimos que empezaron a funcionar, que le daban un mayor sostén al espectáculo, que lo hacía más atractivo. Ese crecimiento se ha ido asentando a lo largo de los años y se nota. Se vive en primera persona, y se nota.
-- Mencionás la primera persona y en general el libro explota la subjetividad, cuando todavía hay sectores que piden que el periodismo asuma una objetividad rigurosa. Algo, por cierto, anacrónico. En este caso es claro que cada autor pudo abordar su trabajo desde una subjetividad plena.
-- Está buenísimo eso... No lo había pensado, pero me parece que sí. Ahora me estoy sorprendiendo con este concepto, pero creo que se dio naturalmente. Por lo menos con la lógica con la que vengo haciendo cosas, como en los últimos años con Ringo Discos, que ha sido una escuela para mí. En ese sentido, que la subjetividad esté en primera plana era una necesidad. Me parece que es un tiempo en el cual el formateo de los textos y de las secciones de las publicaciones digitales y en papel, no te deja jugar, explorar ideas un poquito más laburadas, procesadas. Es el copy&paste permanente. Pero también hay otra forma. De allí la idea de armar el libro, de defender este formato para hacer ese salto de periodismo 3.0 de cero profundidad y tomarnos unos buenos meses para escribir, para hacer un proceso al lado de la obra, resignificarlo de una manera única.
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