Finaliza este domingo en la ciudad de Santa Fe, la tercera edición del Argentino de Teatro, una de las movidas teatrales que crece año tras año y se consolida a partir de los esfuerzos y el acertado criterio en la programación pensada para un público exigente y que acude masivamente a la cita que propone la Universidad Nacional del Litoral (UNL). En tiempos como los que corren donde abundan Festivales teatrales con diferentes criterios y selecciones diversas, no es muy frecuente posicionarse en el lugar del público y ser fiel a un teatro para nada complaciente. Este es uno de los méritos que hace que este Festival confirme con la abrumadora respuesta de espectadores, la instalación definitiva en los gustos y las expectativas del público santafesino y el reconocimiento de la crítica nacional.

El evento que comenzó el martes en la Sala Mayor del remodelado Teatro Municipal con una propuesta llegada de Uruguay, la obra "Murga madre", dirigida por Fernando Toja e interpretada por Pablo Pinocho Routin y Eduardo Pitufo Lombardo, demostró desde el comienzo la avidez por el público local que colmó las instalaciones del bellísimo coliseo santafesino.

El miércoles en ese imponente escenario subió a escena una obra gestada en un espacio totalmente diferente, La omisión de la familia Coleman, dirigida por Claudio Tolcachir que pudimos ver en Buenos Aires en la última Fiesta Nacional del Teatro y en la sala donde se gestó.

Más allá de los interrogantes que suponía adaptar el acotado espacio de una casa donde el público era una especie de invitado; en la versión original; este nuevo espacio no opacó la estructura dramática y la labor de los actores del Grupo Timbre 4 que sostuvo una propuesta donde se desmenuzan las tensiones de una familia que bien podría representar a la sociedad argentina de los últimos años.

El jueves una tormenta que inundó la ciudad y dejó sin energía eléctrica a grandes sectores; provocó la disminución de espectadores que no pudieron apreciar una doble programación con unipersonales con actores de la talla del porteño Alberto Muñoz y del tucumano Juan Tríbulo. Tríbulo se presentó en la primera función en el Teatro de la Abadía con Personalmente, Einstein; un interesante recorrido por la vida del célebre cientifico alemán, escrito por Gabriel Emanuel que contó con la dirección de Leonardo Goloboff.

El actor tucumano recibió al público a quien dedicó una conferencia al mejor estilo del creador de la célebre Teoría de la Relatividad; imponiéndose con oficio a los inconvenientes producidos por la tormenta que ya comenzaba a hacerse sentir.

Por la noche el músico y talentoso actor Alberto Muñoz presentó su última obra La marca de Caín, una particular versión sobre la mítica historia de Caín y Abel a quien le incorpora otro hermano sustituto, Seth.

Un espectáculo dividido en dos actos, donde la voz y los efectos de sonido recreados por este dúctil actor, nos sumergen en diferentes climas que van desde los comienzos de la Humanidad hasta nuestra época, en un juego teatral que toma mucho del radioteatro y donde el humor y lo poético reafirman el estilo de un creador de la talla de Alberto Muñoz.

El viernes, pudo verse Miradas que matan; creación colectiva del Grupo Araca La Barda de la ciudad de Neuquén, un espectáculo de humor negro, absurdo, nacido de un proyecto de investigación sobre "la mirada", donde se "invita" al espectador a participar de un supuesto seminario interactivo, en el cual se plantea el tema de la mirada desde distintos aspectos".

Posteriormente hizo su aparición el III Argentino de Teatro, uno de los grupos de mayor trayectoria de la ciudad de Córdoba, "Cirulaxia Contra Ataca"; con su última creación "Modestamente con Bombos y Platillos". Retomaron la emblemática historia de Juan Moreira. El elenco volvió a mostrar el profesionalismo de José Luis de la Fuente, Carlos Possentini, Víctor Acosta y Gastón Mori; dirigidos en esta oportunidad por Elena Cerrada.