Sábado, 18 de noviembre de 2006 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › MIGUEL ROBLES Y SU "SOMETHING BENEATH", DANZA CONTEMPORANEA
Inspirado en la estética "college" y la música de las rave, ensaya una alegoría de la competencia y la confrontación.
Por Fernanda González Cortiñas
Como resultado de su estancia en el American Dance Festival, en donde estuvo becado a principios de los 90's, Miguel Robles pergeñó Something Beneath, una pieza de danza contemporánea inspirada en los entretelones de la vida de los estudiantes norteamericanos. Matizada por la música percusiva de Gustavo Ceratti y Diego Vainer --mezclados, remixados, etc.--, la exacerbación de la competencia, la rivalidad llevada al extremo, ese paroxismo exitista que parece teñir el famoso american way life, son tomadas por Robles como leit--motiv para generar esta puesta que por primera vez llega a Rosario junto a Tábula rasa, otra pieza clave en el repertorio de la compañía que dirige este reconocido bailarín y coreógrafo argentino.
"Me puse a trabajar dentro de una estética como de college; el tema de la competencia, la confrontación permanente como motor de casi todo --explica Robles en diálogo con Rosario/12, acerca de esta segunda y última presentación en la ciudad--. Es una obra acerca de un ritual contemporáneo, urbano. La idea partió de ese concepto tan de moda en estos días que es el de 'tribus urbanas'. La música electrónica como un ritual colectivo, el movimiento de las fiestas rave".
A grandes rasgos, Something Beneath es una puesta ascética, despojada; una caja negra apenas delimitada por la iluminación son el recipiente para que un puñado de jóvenes dé rienda suelta a su espíritu de competencia a través de una pelea en la que huelgan las palabras. "Es un poco una West side story, aggiornada", dice risueño Robles, quien visitó la ciudad como bailarín en la década del `90, acompañando a la vanguardista y hoy desaparecida agrupación Nucleodanza.
En el otro extremo de la propuesta, el elenco de Miguel Robles (que completan Victoria Viberti, Virginia López, Mariela Loza, Adriana Hortas, María Kumichel, Paula Jurafsky, Antonnella Sampieri, Emanuel Ludueña, Diego Franco, Juan Leiva y Nicolás Poggi) trae a la ciudad Tábula rasa, una obra que apuesta a una coreografía que parte de preceptos que pertenecen a la estirpe del ballet clásico. Una estética barroca apunta a generar una atmósfera espesa, cargada de una virulencia impalpable.
Revisitando lo más graneado de la tradición --Giselle y El lago de los cisnes incluido--, aquí Robles bucea en la música de uno de los precursores de la música electrónica, Arvo Pärt (Estonia, 1935). "Es una pieza que escuché hace muchos años --explica Robles--. Era tan contundente que me quedó dando vueltas en la cabeza por mucho tiempo. Quería ver cómo podía guionar una coreografía a partir de este trabajo. En ese proceso fue saliendo una idea que me interesó mucho y que, intuí, tenía que ver con remitirme de algún modo, al género clásico puro". Allí fueron apareciendo algunos íconos del ballet clásico que, a modo de inspiración, sirvieron para dar cuerpo a una puesta de características singulares. "La obra está dividida en dos movimientos: uno como más violento, que remite a una suerte de ritual --soy una persona muy ritualista en mi trabajo-- entre una especie de aves de rapiña. El segundo cuadro tiene un sesgo más melancólico, casi agónico diría, como con remininiscencias de La muerte del cisne. De todos modos siento que es una obra que habla, quizá de un modo elíptico, de amor, de lo extremo del amor. Y es que la violencia, lo violento es un punto de inflexión en el proceso creativo de Robles.
(Something Beneath y Tábula rasa se presenta hoy, a las 22, en el Auditorio Fundación --Mitre 754--).
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