Viernes, 25 de mayo de 2007 | Hoy
Es la opinión de Eduardo Spinassi, un pianista criado en una familia de folkloristas que llegó al género de manera natural. Las influencias, el jazz, el tango y unas complejas chacareras.
Por Edgardo Pérez Castillo
Entre las muchas, muchísimas, imágenes que Eduardo Spinassi comenzó a acumular en aquel ambiente familiar fuertemente atravesado por la música argentina, una parece destacarse: Es la de esa noche en que, ante el sonido del timbre, abrió la puerta para encontrarse con Atahualpa Yupanqui, quien, pollo y vino en mano, tanteaba la posibilidad de sumarse a la cena. Hijo de padres pianistas, sobrino del compositor Edgar Spinassi (casado, a su vez, con Hilda Herrera), Eduardo se convirtió en músico casi por decantación, y se acercó al folklore con la naturalidad propia con la que las figuras más importantes del género se arrimaban hasta su casa durante sus visitas a Rosario. En la actualidad, Spinassi es un pianista destacado dentro del folklore argentino, aunque hace poco más de un año, tan sólo, de la edición de su placa solista, A pura ushuta, el disco que esta noche, a las 22, recorrerá en El Aserradero.
Y si bien el concierto lo encontrará mayormente en soledad con el piano --en lo que se presenta además como un posible adelanto de su próximo material discográfico--, hasta la sala de Montevideo 1518 llegarán invitados como el percusionista Juancho Perone, o las voces de Myriam Cubelos, Alejandra Manzur y Luis Baetti. Con todos ellos Spinassi comparte una similar mirada en torno al folklore, según admitió a Rosario/12: "Siempre me gustó lo que hace Juancho, lo que hace Myriam. Es más, cuando estoy en Rosario y ellos actúan en algún lado yo los voy a escuchar. Incluso ahora en el Encuentro Nacional de Músicos Populares yo también estuve, la noche en que estuvo Juan Falú, y es lindo siempre venir a Rosario. Porque es un buen público, que viene a escuchar y quizás no tanto a participar. En un punto me cansa el público que quiere cantar, bailar, entonces uno por dedicarse al público no hace lo que realmente le gusta hacer. Acá voy a hacer lo que quiero, y el segundo paso es que el público lo acepte".
En esa línea, Spinassi ha comenzado a imaginar un nuevo disco en donde pueda desarrollarse a su antojo, abriéndose también a otros terrenos: "Hay alguna intención de empezar a grabar un segundo disco, mezclando el tango con folklor. Porque el tango es parte de nuestro folklor, pero en vez de ser folklor del campo es de la ciudad. Tiene más que ver con el cemento que con la tierra, pero sigue siendo parte de nuestra música folclórica". Cadícamo, Cobián, Piazzolla convivirán entonces con otros "temas rurales", más algún candombe, lo que ampliará al ya abarcativo debut solista de Spinassi, quien intentará profundizar esa condición, aunque desde cierto despojo.
"En el disco anterior tengo guitarra, bajo, percusión, y por ahí hace mucho que no se graba un disco de piano solo, y tengo ganas de hacer eso --reconoció--. Porque yo soy músico acompañante de cantantes. Este país es complicado para los instrumentistas, es un país al que le gusta escuchar cantantes. Recuerdo algunas charlas que tenía con Ariel Ramírez, que me decía que a sus shows de piano siempre llevaba una cantante, porque el público se empezaba a aburrir de las cosas instrumentales. Hay una explicación, y algunos dicen que el cantante llega directamente a la gente, en cambio el instrumentista va al instrumento y, de allí, a la gente. No sé".
Y si bien Spinassi se reconoce como un músico influenciado por los Beatles, o por artistas puntuales del jazz, la base sigue ligada a raíces puntuales. "En mi casa mi papá tocaba la línea de Adolfo Abalos, y yo lo tomé de ahí. Partí de Adolfo Abalos y después le agregué lo mío", delineó Spinassi, destacando un elemento clave que celebra y descubre en los nuevos talentos de la música nacional: "Antes por ahí la chacarera no era para los entendidos, pero ahora han aparecido chicos como Juan Quintero, que son muy capos, saben mucho de música, y hacen muy buen folklor. Le dan un nivel a la música argentina que por ahí antes no tenía. Está bárbaro que aparezcan ese tipo de músicos como Juan o el Negro Aguirre, que es espectacular lo que hace, porque generan mucha expectativa en la gente. Además ellos vienen de las fuentes, lo que pasa que han estudiado mucho, mejorado el nivel de la música que hacen, pero sin dejar de lado a Adolfo Abalos".
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