Con la Escuela de Teatro como punto de confluencia, un grupo de actrices rosarinas decidieron generar un proyecto con el que pudieran darle curso a su búsqueda artística. Diez años más tarde, El Eslabón Perdido continúa ofreciéndose como una agrupación abierta a la investigación, la integración de diversas corrientes, la interacción como vía de crecimiento para el movimiento teatral que vienen alimentando desde hace ya una década. Justamente, con la intención de celebrar esa prolongada existencia, la agrupación desembarcará este fin de semana en el Centro de Expresiones Contemporáneas, al que arribará con tres de sus obras. Esta noche y mañana, a las 22, será el turno de Cena para cinco remake y Criadas para nada, respectivamente, mientras que el domingo a las 21 se presentará De mora y lila, dirigida y protagonizada por las actrices--bailarinas Patricia Ghisoli y Laura Bruzzo.

Cristina Carozza, fundadora del grupo y directora de Criadas..., sintetizó el nacimiento de un grupo que creció detrás de un horizonte claro: "Se trataba de ir en busca de nuestros propios sueños, deseos, ilusiones, y darnos cuenta que cuando uno tiene ganas se pueden hacer cosas". Bajo esos parámetros, El Eslabón Perdido produjo sus obras, se asoció a otros grupos para gestar ciclos como el recordado Teatro Transgénico, y a profundizar su investigación en el terreno de la docencia, generando grupos de trabajo como el que actualmente ofrece una nueva versión de Cena para cinco, dirigida ahora por Claudia Piccinini, actriz en la versión original.

"Nos parece importante la formación, formar gente que pueda seguir trabajando", distinguió en ese sentido Carozza, quien además resaltó la importancia de que los miembros del grupo diversificaran los caminos, logrando así un enriquecimiento para El Eslabón. "Por mi parte fui directora invitada de otros grupos, tuve la posibilidad de recorrer distintas estéticas y eso decidí volcarlo como experiencia en mi grupo. Como docente eso también me modificó. Y hablo de mí pero todas hemos hecho distintos recorridos. Por ejemplo, Laura Bruzzo estudió, desde la dramaturgia, el teatro danza. Lo rico fue darnos la posibilidad de aventurarnos en otros camimos", explicó la directora.