"Que pasa pronto. Que no se instaura. Destinado a no perdurar mucho tiempo." Tales son las frases con las que el realizado proyecto Cultura Pasajera se define a sí mismo en las bolsas que Flor Balestra y Román Rivoire regalan al público en cada inauguración. "Su mapa es su propia huella porque quien deja un rastro desea ser encontrado", escribe David Nahón en el texto de catálogo de una obra de Maximiliano Rossini. Esta y otras tres de las cinco presentadas el pasado 3 de agosto pueden verse en el Pasaje Pam (Córdoba 954) hasta fin de mes.

Maximiliano Rossini diseñó, fabricó y expuso en otra ocasión un carrito para filmar DVDs en travelling que va dejando un rastro pintado de su recorrido, dibujando cada instante del tiempo. Apuntada hacia arriba, la cámara de video graba cielos. Esos cielos se vieron durante la noche de la inauguración en dos monitores que luego quedaron "en modo TV" en la sala Cubo Blanco, recientemente inaugurada. Junto a ellos, una foto tipo póster de pared señala el desenlace de la narrativa sugerida para el recorrido por el título: "De mi casa a tu casa".

De rastros de lo efímero también se trata Amor Líquido, la serie de lacres sobre chapa que expone Delia López Zamora en la marquería de Rivoire, y que honran la tradición del informalismo. Los títulos de las obras aluden al adjetivo 'líquido' en la obra de Zygmunt Bauman. "El lacre se metamorfosea bajo la acción del fuego", cuenta la artista y docente de Estética a Rosario/12. "Pasa de sólido a líquido, y enseguida vuelve a solidificarse. En esa breve licuefacción tiene lugar la realización de la mancha. Uso chapas curvas para que el lacre fluya mejor", explica. Su proceso creativo reproduce así la velocidad y fragilidad de la vida humana bajo las condiciones del capitalismo actual que denuncia el filósofo polaco.

En la gran vitrina, Daniel Oberti se aventura a esculpir sus ya clásicos materiales, que venía trabajando en recortes planos, para formar coronas rigurosamente circulares de flores de lata de gaseosa, que evocan algún funeral precario. Al despojarse de toda ironía, Oberti da un salto cualitativo superador respecto de la tradición reciente del arte de los 90 de Marcelo Pombo u otros. Su geometría no es meramente residual ni decorativa, sino que bordea un vacío que apela, desde ese borde, a algo del orden de lo sagrado.

La dialéctica entre lo que pasa y lo que queda, pero vista desde lo escatológico, es el tema en "Cessatore". En este video de humor negro, el artista limeño Giancarlo Scaglia vende, usando y satirizando las más lujosas técnicas de marketing, una máquina para transformar excrementos en alimentos. Carlos Herrera lo presentó durante la inauguración en el espacio del baño. El resultado: una experiencia risueña y perturbadora.

De Virginia Negri puede verse, en las plantas alta y baja del Pasaje, la instalación "El cielo sobre mí". Con luz diurna, los objetos arrojados al cielo falso de tela bajo la claraboya se ven desde abajo como sombras en un calotipo: más cielos, más rastros. Y más de lo efímero: la noche de la inauguración, la artista arrojó además una nieve artificial hecha de bolitas de telgopor que cayeron sobre la concurrencia provocando el efecto de una epifanía.