Jueves, 8 de enero de 2009 | Hoy
Por Chiqui Di Paolo
]Una mezcla entre Dolores Barreiro y Nina Peloso; eso es lo que yo dije de mi misma a modo de presentación, lo que puede querer decir muchas cosas, que dependerían del porcentaje de cada una que tuviera esa mezcla cuanto menos explosiva, ya que daría para pensar:
-lindas piernas-quilombera
-glamorosa-bagayo luchador
-mujer independiente-mina de barrio
O cualquier otra cosa que usted pueda imaginar.
Lo cierto es que como me incomoda la autodescripción intenté definirme con humor de la manera más ambigua que pude.
Los datos de él:
-profesor de educación física
-1.90 metros
-tipo bárbaro -Esto dijo mi amiga, la Celestina
-Parecido a Macri, Mauricio pero sin bigote. Esto dijo él.
Y acá vamos, a la primera cita a ciegas que no fue sólo eso.
10.30. La hora señalada.
Yo, en el balcón hablando por celular con la Bionda y haciendo una descripción de cada auto que se acercaba y de como sería el señor que descendiera del mismo.
10.40. Masculino en bicicleta.
Y bueno, si el tipo tiene honda y la bici le parece divertida, allá iremos, una nunca sabe.
10.45-Como Mauricio, ¿qué Mauricio?
Llamó, se había equivocado la dirección y era el flaco que hace 20 minutos se pasea de una esquina a la otra viendo pasar autos y bicis, como yo.
Finalmente llegó, sin auto, sin bici, sin bigotes, sin ojos claros, sin iniciativa, sin anteojos que se había sacado para causar (supongo yo) una mejor impresión (?) y achicando la mirada para tratar de verme y saber de que se trataba.
Así comenzó nuestra cita a ciegas, sobre todo para él, que sin anteojos no veía nada.
Perdón ¿Lo del parecido a Macri se lo dijo la mamá?
11.30. No hay peor ciego...
Hablamos de deportes, toda la noche, es decir unos 40 minutos, de vida sana, de buena alimentación y de lugares tranquilos.
Que no tiene auto porque no viaja a ningún lado (¿y al telo en que vas?) y que lleva todo lo que necesita en una riñonera, ¿riñonera? ¿Es esa cosa que se usaba en la cintura en los 80? Justo a mí, que me encuentro buscando excesos, justo a mí que me está pintando el desborde, justo a mí me viene a tocar un monje.
Disculpeme padre, pero yo dejé de escucharlo hace media hora.
El ciego, yo sorda.
11.50. Ciego, sorda y muda (y se hizo justicia).
A esta altura lo único bueno de la noche había sido una Stella helada, que por supuesto yo había pedido. Yo extrañaba caricias que me eran conocidas de otros lunes y no tenía ganas de seguir hablando con San Mauricio de Asís.
Fin de la noche-perinola-todos mudos.
0.0. Hora clave
Un pretexto cualquiera, que si de pretextos se trata sirve cualquiera.
Fue un gusto, dije (no dije para quién). Y si nos encontramos nos vemos, pensé para mi.
Conclusión: Un tipo bueno, que digo bueno, buenísimo, como un guiso de Nestum, agua mineral, arroz blanco y leche de soja. Buenísimo pero incapaz de provocar el más mínimo deseo de comerlo.
Y será como dice mi amiga, la Bionda, "nos gustan los malos", y cuando decimos malos, hablamos de hombres malos, de esos que te cogen de manera que el garche parezca ilegal, de esos que cuando dicen cita a ciegas, hablan de tocarte toda con vendas en los ojos. Y para mí que la Bionda tiene razón.
Y seguiremos sufriendo con compañía indecente, de esa que se va de tu cama a las 6 de la mañana para volver cuando se le da la gana.
Y nosotras a sufrir, a sufrir porque nos gusta.
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