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Como desde hace 17 años, Rosario albergará la reunión poética más significativa del país. Durante cinco días mujeres y varones que expresan sus ideas y sentires a través de estrofas y versos llegarán a esta ciudad desde distintos puntos del país y de otros países de nuestra América y del resto del mundo. Y aquí se encontrarán con poetas de la ciudad en un hecho celebratorio, y también claro para recordar a quienes marcaron rumbos, dejaron su huella. Este año el homenaje estará dedicado a la obra de Francisco "Paco" Urondo.

También podremos disfrutar del regreso de quienes ya estuvieron alguna vez participando en alguna edición anterior del Festival. Y como siempre será el encuentro por primera vez con quienes hemos leído hace mucho, a quien descubrimos leyendo aquellos poemas en una revista o en una antología.

La mezcla de voces, de acentos diferentes, se plasmará en una gran cantidad de mesas de lectura, entrevistas, talleres y homenajes, la mayoría se darán en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España y el Centro Cultural Bernardino Rivadavia. Y también se darán en otros espacios como vecinales, la Biblioteca Argentina, la Unidad de Detención III, distritos municipales, museos, escuelas y el bar Tercer Mundo.

Multiplicidad de obras, lenguas desatadas emprendiendo vuelos e invitando a la danza acompañada de sonidos cómplices y subversivos. La poesía no se hace la distraída, no se queda callada, no se esconde ya más, renace otra vez y nos va a tomar de la mano para caminar por este lado del río.

En las metáforas y en los silencios antes de que el cielo de la tarde se deslice hacia el color de la noche nos encontraremos para entrelazar nuestras raíces, nuestros sueños, los más pavorosos recuerdos, los presentes lejanos pero tan parecidos que nos sorprenden. Porque leer y escuchar poesía es entrar en contacto íntimo con nuestro ser y con esos otros que somos.

Por estas calles que caminamos diariamente este año nos podremos cruzar con Diana Bellessi, Elvio Gandolfo, Juana Bignozzi, Daniel Durand, Darío Canton, Ariel Williams, el cubano José Kozer, el uruguayo Roberto Appratto, la peruana Tilsa Otta, las chilenas Rosabetty Muñoz y Malú Urriola y la española Chus Pato entre tantas y tantos invitados más de nuestro país y del exterior.

A las ya clásicas mesas de lectura se sumarán talleres de escritura y edición con quienes vienen aportando a la manufactura artesanal de poesía, como es el caso de VOX desde Bahía Blanca o ediciones Deldiego en Buenos Aires.

Diversos mirares, haceres, sentires poéticos convergerán en nuestra ciudad. Apelarán a la emoción, a la sensibilidad, al recuerdo y al futuro que nos imaginamos.

Entre todos ellos las palabras de un poeta militante regresará para hablarnos de lo que no queremos más, y por lo que hoy en nuestra ciudad se hace aún más intensa la necesidad de justicia y memoria.

La verdad es la única realidad

Del otro lado de la reja está la realidad, de/ este lado de la reja también está/ la realidad; la única irreal/ es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien/ si pertenece al mundo de los vivos, al/

mundo de los muertos, al mundo de las/ fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o/ de la producción./

Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel/ cuerpo, ese vaso de vino, el amor y/ las flaquezas del amor, por supuesto, forman/ parte de la realidad; un disparo en/ la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos, aquellos/ gritos irreales de dolor real de los torturados en/ el angelus eterno y siniestro en una brigada de policía

cualquiera/ son parte de la memoria, no suponen necesariamente

el presente, pero pertenecen a la realidad. La única aparente

es la reja cuadriculando el cielo, el canto/ perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz/ fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso/ cubriendo la Patagonia/ porque las masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad, como/ la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia/ estival: son la realidad, como el coraje y la convalecencia/ del miedo, ese aire que se resiste a volver después del peligro/ como los designios de todo un pueblo que marcha/ hacia la victoria/ o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a defenderse,/ a rescatar lo suyo, su/ realidad./ Aunque parezca a veces una mentira, la única/ mentira no es siquiera la traición, es/ simplemente una reja que no pertenece a la realidad.

Francisco "Paco" Urondo, cárcel de Villa Devoto, abril de 1973