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Jueves, 11 de junio de 2015

CONTRATAPA

Como una escuela de todas las cosas

 Por Chiqui González *

El próximo lunes 15, ya no seremos los mismos. Cuando lleguemos al espejo, habrá malhumorados y felices, pero todos deberíamos haber crecido. Si algo nos ha dejado esta elección paso a paso es un enorme aprendizaje. Como una escuela de todas las cosas, esta elección puso ante los ojos de los santafecinos las gestiones sucesivas, las diferencias de sus logros y pudo comparar. Nos colocó en el dilema de seguir impulsando el cambio o traer a nuestros días estrategias políticas del pasado que conocemos bien. Sobre las mesas que nunca preguntan: las de los bares, los hogares, los clubes... lloramos nuestros problemas, disfrutamos de nuestras alegrías, debatimos si el corazón tiene razón o es la razón la que le juega el pulso al corazón. El gran Discepolín decía que el cambio es la razón que piensa con el corazón, pero piensa antes, para que se acelere la pasión por lo que vendrá.

Creo que cuando el "ruido político" le deje espacio al silencio todos reconoceremos hacia adentro, y algunos hacia afuera, que es Miguel Lifschitz quien debe ser gobernador, porque poniendo la verdad sobre la mesa, todos sabemos que, en definitiva, la transformación de esta provincia está en nosotros, en cada santafecino, junto con gente preparada, limpia, democrática y progresista que nos permita e impulse a participar en cada esquina, cada escuela, cada vecinal, cada partido, cada centro cultural, parque o río, y sepa leer en el mapa de nuestros esfuerzos, nuestros deseos, historias e identidades quiénes estamos siendo, nos acompañe en ese viaje extraordinario de vivir y nos facilite igualdad, derechos, y felicidad. Suena ingenuo, pero si al futuro hay que inventarlo, pues inventemoslo.

Sobre la mesa: el pan y la esperanza, la sal de la vida y el último cuaderno, la vieja foto amarillenta de cómo llegaron nuestros viejos y nosotros hasta este presente. Y si fuera posible sopa de letras para la conversación y una jarra de agua que refleje la luna.

Gobernar, al fin no es solo un poderoso asunto de principios y gestión, ni un encuentro de corazones, ni abrazarse a un proyecto, ni continuar, ni desviarse, ni dar la vuelta, ni volar. Es todo eso junto, apretado y múltiple como somos todos nosotros.

En la escuela de todas las cosas (le guste a quien le guste) es el Frente Progresista Cívico y Social el que demostró mejor gestión: que es repartir derechos, dignificar, incluir, no corromper ni corromperse, combatir la violencia en un intrincado laberinto, crear lugares para sanar, educar, crear, jugar, poner al Estado como garante y defensor de los que menos tienen y levantar la igualdad y la convivencia, no como una retórica, sino como una forma de vida, una manera de hacerse digno porque el otro recupera su dignidad.

Si de corazón se trata, perdón que personifique: ¿Qué hicimos cómo gobierno persiguiendo la felicidad, el juego y el afecto como banderas en el aire, sino se trata del corazón? ¿Qué hicimos creando Trípticos, abriendo el espacio público al amor, a la amistad, a la convivencia, recorriendo el territorio hasta gastarnos el cuerpo en programas itinerantes, fiestas populares, bailes, historias y rituales? ¿Qué hicimos queriendo, creyendo y creando territorios de encuentros para que todos, pero todos los vecinos sean protagonistas de su propia cultura? El gobierno del Frente Progresista fabricó corazones de plastilina, lana, tela, madera y chapa, de aire y música para enseñar que el corazón se cuida con controles médicos y con libertad, belleza, fraternidad y alegría. Creamos un sembradío público de corazones que encontraron espacio para escuchar su propio ritmo.

Si de cambiar se trata no hay manera de gobernar haciendo frente a nuestros problemas sin innovación, nuevas ideas y programas, donde nos incluyamos todos. El próximo gobernador debe ser un puente para continuar el cambio, cambiando el propio cambio día a día.

El cambio es viaje, recorrido, hacia lo bueno, hacia lo nuevo, no estación o meta para alcanzar.

El cambio es el movimiento del mar y una manera de atravesar la existencia.

Todo lo dicho necesita:

1. Una concepción ideológica que priorice la participación, la equidad, el desarrollo productivo y humano, la innovación, la creación y el rol del Estado como garante de una política de justicia social.

2. Un equipo con líderes muy preparados y con gran aplomo, entrega personal, para diseñar e impulsar la acción.

3. Un equipo innovador y creativo de dirigentes que crea en los derechos y en la felicidad de la gente y siga dispuesto a ser mandatario y no mandante.

4. Un grupo que acompañe y apoye los desafíos de cada región.

5. Un grupo de hombres y mujeres simples y comunes que amen la política como ejercicio del Bien Común y con un pensamiento amoroso que se convierta en actos.

Desde la escuela de todas las cosas y desde el juramento que realicé dos veces al asumir el nuevo Ministerio de Innovación y Cultura "por la patria de la infancia, la imaginación y la memoria" les invito a acompañarnos el 14 de junio.

Ruego que perdonen mi vehemencia, es que mi mesa que nunca pregunta y mi nieta de siete años me preguntan irrespetuosamente a quién voy a votar y por qué y yo les cuento estas cosas y les digo que el 14 es histórico y el 15, no seremos los mismos.

"Como una escuela de todas las cosas/

"Sobre tus mesas que nunca preguntan/ yo aprendí filosofía, dados, timbas y la poesía cruel".

Discépolo y Mores.

Desde el alma.

* Ministra de Innovación y Cultura del gobierno de Santa Fe.

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