Miércoles, 1 de abril de 2009 | Hoy
Mientras las estadísticas y pronósticos anuncian que en un futuro próximo aumentarán el desempleo, la pobreza y la exclusión. Que por ejemplo medio millón de niños serán víctimas de esta crisis engendrada por el capitalismo, en la cual los gerentes y magnates continúan distribuyendo dividendos dispendiosamente a pesar de los pesares colectivos.
En medio de este escenario de malos augurios, un caracterizado econometrista dice "la Argentina debe enamorarse del capitalismo..." Increíble pero real, ¿un equivocado?, sin dudas, ¿un perverso?, también.
Habrá que recordar las veces que sea necesario que este sistema económico, político y social llamado capitalismo tiene su origen en el egoísmo, en la destrucción de vidas, en la desestructuración de formas organizativas solidarias que perecen trituradas por las fauces del capital.
Vayan por caso los tejedores durante la Revolución Industrial, a ellos dedico el poeta Heinrich Heine líneas memorables por su tenacidad y resistencia.
Miles están siendo lanzados al desamparo y la soledad, industrias en pleno declive, recesión en ciernes y por supuesto el festival de máscaras y mascarones de la oferta electoral para gerenciar los ajustes.
Por estos días, hay un hecho memorable que corresponde destacar, la Cooperativa de Trabajadores en Lucha de Rosario recuperando el espacio productivo y cultural en La Toma.
En medio del sombrío presente, una luz que marca un camino de luchas solidarias que debemos transitar para enfrentar el escarnio de los dominadores y construir alternativas al cruel destino que ellos pergeñian.
Carlos A. Solero
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