Jueves, 24 de septiembre de 2009 | Hoy
Dueños y "comprometidos periodistas" de algunos medios, han lanzado una agresiva campaña contra todo intento de modificar la ley 22.285 de medios de comunicación que en este lunes de primavera al Senado Nacional para su tratamiento legislativo, luego de obtener media sanción de la cámara de origen.
La palabra que durante décadas era prohibida, que impedía conocer la realidad, que ocultó debajo de la alfombra 30.000 desaparecidos, que respondió a los intereses de minúsculos pero poderosos grupos económicos, ha reverdecido y siembra de esperanzas una imperfecta democracia para que se concreten los cambios a que aspiramos.
Ni un sólo medio radial o televisivo de importancia e influencia mediática ha generado el debate que no debería haber sido ignorado a partir de la lectura de los 21 puntos que impulsara la Coalición por una radiodifusión democrática, oriento los foros de discusión que se desarrollaron a lo largo y ancho del país de los que participaron decenas de miles de argentinos de los más distintos ámbitos, sectores sociales, lugares, instituciones, niveles profesionales, etc. etc.
Hoy en uso del poder dominante del que gozan, intentan por todos los medios denostar los intentos reguladores en manos del Estado y ocultan que seguimos con una ley de la dictadura firmada por Videla, y Martínez de Hoz, que no solamente nos impidió conocer la realidad sino que proyectó el gran negocio del manejo de la información, disponiendo hoy de una radio y TV de la peor calidad de los últimos años y por sobre todo sin un uso racional de las nuevas tecnologías disponibles.
Desde la irrupción de "esta defendida libertad de prensa", que le permite a un niño ver en su monitor de celular poses eróticas, actos sexuales y todas estas ofertas promovidas desde radios y canales, en un país que nunca debatió siquiera la educación sexual en las escuelas, todo lo que se conoce tiene tintes de oscurantismo anacrónico y está hoy ante la posibilidad de que nuestros representantes modifiquen la situación para que el Nunca Más sea efectivo.
Con todas sus imperfecciones, con todas las dudas que genera, con todas las nefastas experiencias del pasado, bienvenida.
Angel M. Contestí
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