Miércoles, 13 de enero de 2010 | Hoy
Inseguridad
Para combatir la inseguridad en nuestras calles no existen recetas mágicas, pero el sentido común muy escaso en nuestros dirigentes y funcionarios- indica que la mejor forma es primero encarar la lucha procurando la "seguridad social" y fundamentalmente con la generación de genuinos puestos de trabajo.
Es mucho más controlable el sector juvenil si ofrecemos al mismo puestos de trabajo estables y si nuestros obreros y empleados recuperan la dignidad valiéndose de sus capacidades para labrarse un futuro distinto en una ciudad en la que hay muchas cosas por hacer y para las que se necesitan manos y voluntades.
A partir de un censo -bien hecho-, un planificado relevamiento social de la situación imperante, permitiría encarar planes de contención laboral para decenas de miles de hombres y mujeres desocupados/as y armar una red de asistencia social que nos aleje de los nocivos planes asistenciales que han servido para proyectar punteros políticos pero no para resolver los problemas de trabajo estable y confiable a los destinatarios de subsidios y dádivas que lo único que hicieron fue fomentar los vicios de nuestra sociedad.
La asignación universal por hijo es una buena medida si se complementa con un sostenido plan de generación de empleo que recomponga el liderazgo familiar del hombre y la mujer como jefes de hogar, repone las costumbres del trabajo como ejemplo para los hijos, controla la educación de los menores, vigila la salud de los miembros de cada familia y asegura mejor calidad de vida para todos.
Para este cometido, estoy de acuerdo que se usen reservas del BCRA mientras se investigan los endeudamientos ilícitos de nuestra deuda externa y nuestro parlamento de una vez por todas se pone los pantalones largos y nos brinda un ejemplo de las mejores tradiciones democráticas a las que aspiramos investigando y sancionando a los responsables de la vergüenza de esta deuda externa que nos condiciona la economía y traba nuestro progreso e independencia.
Con Redrado o sin Redrado, señora Presidenta ponga nuestras reservas en dólares al servicio del progreso, la ocupación, la recuperación de nuestra industria y con los sobrados ejemplos de las empresas recuperadas por sus obrera/os y empleada/os demos vuelta la historia del país, recuperemos los trenes para todos, modifiquemos las ley de entidades financieras y se podrá haber dado el primer y firme paso para luchar contra la inseguridad social, recuperando la paz en las calles y la tranquilidad de nuestros hogares.
Angel M. Contestí
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