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Cínicos que gobiernan

La designación de Mario Monti como Primer Ministro de Italia y de Lucas Papademos en Grecia, como timoneles en medio la tormenta generada por la crisis de la economía global vigente ha generado comentarios que circulan a través de las agencias y medios informativos donde se plantea que "no son políticos", sino sólo técnicos.

Esta afirmación es una falacia que oculta el verdadero rostro de las terribles medidas socioeconómicas que estos personajes llevarán adelante, y que significan profundizar los ajustes, es decir ir mellando la calidad de vida de las clases sociales subalternas y desposeídas.

Este planteo de presentar a los tecnócratas como diseñadores y ejecutores de medidas políticas, diciendo que no lo son, no solo es falso sino que quedará en evidencia a poco de andar.

Papademos ya ha recibido en Grecia el repudio de trabajadores y estudiantes que se congregaron frente al Parlamento en Atenas, allí la multitud encabezada por los militantes anarquistas fue apaleada no sólo por la policía sino también por grupos de choque del Partido Comunista que se trenzaron con los ácratas. Dentro del edificio del Parlamento, el "no político" Papademos recibió un cheque en blanco de los "políticos profesionales".

Ya Aristóteles en su libro La Política, explicaba que la doméstica era la administración del domo (la casa) y la crematística era la administración de la polis. Imposible no ser político para ello.

Max Weber también teorizó sobre la cuestión en sus conferencias finales publicadas bajo el título de El político y el científico.

Pero desde hace décadas "los técnicos" gobiernan, la diferencia es que los políticos profesionales buscan el favor del sufragio, la delegación del poder por el voto y a los tecnócratas lo eligen explícitamente en los organismos como el FMI, el Banco Mundial, el Banco de Europa y por supuesto las élites del poder reunidas en los directorios de las mega﷓corporaciones que expolian a los pueblos y el Planeta Tierra todo.

Afirmar que los tecnócratas no son políticos es temerario. Recordemos la dictadura de los Chicago Boys con Joe y sus esbirros, o los prestidigitadores del 1 a 1, el megacanje de deuda y el blindaje. No olvidemos las consecuencias letales de sus políticas. Decir que no son políticos es un atentado a nuestra inteligencia y un acto de sociopatía política combinada.

Carlos A. Solero

[email protected]