Lunes, 11 de enero de 2016 | Hoy
CORREO › CARTAS DE LECTORES.
Se cumplen 97 años de unas de las huelgas obreras que conmovió a la sociedad argentina. En enero de 1919 se desarrolló un conflicto que inicialmente se originó en los Talleres Vasena, la industria metalúrgica más importante de la época. Los proletarios, nucleados en la Sociedad de Resistencia de Metalúrgicos adherida a la FORA, del V Congreso de tendencia anarco-comunista, reclamaban por la reducción de la jornada laboral y el alza de los salarios. Esto en un contexto de crisis mundial y por lo tanto de inflación con aumento de alquileres y alimentos, con dificultades para la exportación de productos vernáculos luego de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
La patronal encarnada en el capitalista Pedro Vasena se negó a conceder los reclamos. Un convoy de chatas manejadas por rompehuelgas y custodiadas por la policía de Buenos Aires se enfrentó con los trabajadores en huelga y sus familiares a consecuencia de lo cual quedaron sobre las calles empedradas un tendal de proletarios muertos y heridos.
El conflicto cobró fuerza fuerza y la FORA del V Congreso resolvió llamar a la huelga general revolucionaria.
El gobierno de Hipólito Yrigoyen le dio carta blanca para reprimir al el general Dellepiane, quien inició la represión al día siguiente de una matanza ocurrida en la esquina de Pepirí y Amancio Alcorta. El cortejo fúnebre fue atacado por fuerzas policiales, militares y bomberos.
Durante la Semana Trágica se movilizó a las tropas de la armada argentina contra los obreros portuarios y ferroviarios.
Por suscripción de la Unión Industrial Argentina (UIA) se formó la Liga Patriótica Argentina, un grupo parapolicial que perpetró el primer progrom (matanza de personas judías) en el barrio de Villa Crespo. Lo comandaban el dirigente de la Unión Cívica Radical el abogado Manuel Carlés y Monseñor D'Andrea. Los cajetillas partieron desde el Círculo Naval a matar judíos, rusos y obreros revolucionarios. Hubo barricadas en algunos barrios porteños, y hubo eco en Rosario y Bahía Blanca.
Luego de diez días de conflicto obrero sostenido Vasena tuvo que reconocer los reclamos proletarios y firmar un acuerdo por el cual aumentó salarios y aceptó la jornada de ocho horas de trabajo.
Quedaron más de setecientos muertos, miles de encarcelados y cientos de deportados. Yrigoyen inició así el ciclo represivo que siguió en las Huelgas Patagónicas y las realizadas contra la infame empresa La Forestal en la cuña boscosa chaqueño santafesina.
No debemos olvidar estos hechos, hitos fundamentales de la resistencia popular solidaria.
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