Lunes, 18 de abril de 2016 | Hoy
Políticas que matan
El pasado 11 de abril falleció en la provincia de Buenos Aires una mujer que trabajaba como asistente escolar, Yolanda, padecía problemas cardíacos.
A consecuencia del conflicto gremial entre trabajadores, trabajadores y el gobierno bonaerense, la gobernadora Vidal decidió el descuento compulsivo en los salarios de quienes llevaron adelante la lucha por sus reivindicaciones. Cuando Yolanda intentó cobrar su salario solo encontró cuarenta pesos, la angustia se apoderó de ella y es posible afirmar que el gobierno de Vidal se cobró una vida humana.
Consultado el presidente de la Nación sobre la muerte de la trabajadora, respondió impávido que no era un tema de su competencia ya que la muerte de la mujer ocurrió en territorio provincial y el tiene a cargo responsabilidades nacionales.
La respuesta de Mauricio Macri es una mezcla de crueldad y cinismo con ribetes sociopáticos, comparable a su antecesor en el cargo José Figueroa Alcorta frente a las masacres de 1909 y 1910 año del Centenario. Es imposible no recordar al coronel Ramón Falcón desalojando inquilinos en los conventillos en el año 1907.
En la provincia del Chaco murió otra mujer que al conocer el despido de su esposo del programa pro huerta, expresó su disconformidad a las autoridades nacionales que la amenazaron con despedirla también a ella, madre de dos criaturas se sintió lanzada al abismo por la decisión gubernamental y pereció.
Estos hechos tuvieron una cobertura mediática marginal en radio, televisión y prensa gráfica, pero son una contundente expresión de la perspectiva de las actuales políticas sociales que multiplican la exclusión social y ya generaron en un trimestre el aumento en la cifra de personas pobres de casi un millón y medio de personas, dato publicado por el sociólogo Agustín Salvia en el diario El País de Madrid (España).
Beneficios a los agroexportadoras, excepción de impuestos y retenciones, tarifazos por doquier en servicios públicos: agua, luz, gas, electricidad y transporte, despidos masivos en áreas estatales y privadas.
Políticas que matan. Cruel indiferencia, premeditación y alevosía.
¿Qué hacer?
Como bien afirmaba Bertolt Brecht:"No aceptar lo habitual como una cosa natural, pues en tiempos de confusión organizada, de arbitrariedad consciente, de humanidad deshumanizada, nada debe ser natural, nada debe ser imposible de cambiar".
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