Miércoles, 21 de febrero de 2007 | Hoy
Con gran sorpresa he leído en Clarín que los proyectiles piedras, trozos de sillas y botellas arrojados el domingo desde la platea de Ñuls hacia la de Ríver, constituyeron un acción de los plateístas y no de los "barras bravas". O el periodista de Clarín estaba muy lejos (quizás en el sector de Prensa, a 120 metros de la escena, o no conoce a los "barras" de Ñuls, que integran la Guardia Pretoriana de López. Esta verdadera lacra ingresa al estadio con armas de fuego y tiene a la policía a sus órdenes, reitero: la policía de Rosario se mueve según las órdenes de la barra que manejan los trístemente célebres Cáceres, Cohen y Camino. Estos grupos de barras bravas se instalan en 5 diferentes puntos del estadio: 1. La tribuna de socios, cabecera sur que lleva el nombre de Diego Armando Maradona, 2. La platea techada oeste, o platea "de la visera", 3. La platea Este, alta, 4. La platea Este baja, rodeando al palco blindado de Eduardo López, y 5. La misma platea Este baja, pero en el codo Nordeste, en el límte con la platea visitante. Estos 5 grupos, integrados por los comandos operativos de la barra, cumplen una única función: acallar las protestas de los socios, en especial de aquellos que llevamos muchos años en Ñuls y que conocimos al club de los 60, los 70 y los 80, luego destruido por López. Armados con fierros (como el que arrojaron a Marco Ruben), cadenas y armas de fuego, estos 5 grupos se despliegan en todo el estadio con intercomunicadores y amenazan, agreden y "sofocan" a los miles de disconformes que reclamamos que se vaya López y que se elija un gobierno integrado por verdaderos socios de Ñuls. El domingo, el grupo número 5, compuesto por unos 12 barras bravas y comandado por Roberto "Pimpi" Camino y David Cohen, se envalentonó agrediendo a los plateístas que estábamos allí reclamando la renuncia de López, y luego canalizaron su agresividad descontrolada arrojando de todo contra la platea visitante. Se los ve claramente en fotos y videos. Y hay que agregar que Camino y Cohen tienen un frondoso prontuario, especialmente "el jefe" Pimpi Camino, preso muchos años por haber asesinado a su esposa. También se ve a la policía quieta como una foto, sin intervenir. Precisamente, porque los agresores son siempre los "barras", es decir, aquéllos de quienes la policía recibe órdenes. Si la justicia allanara nuestro club, como lo hizo con Ríver, encontraría armas, intercomunicadores, listados de cada grupo operativo y material de logística que utiliza la Guardia de López. Esto, que lo sabemos los 20.000 socios leprosos que vamos a la cancha, debería difundirse y publicarse, porque es la estricta verdad: lo vemos todos los domingos. Y no debería cometerse el error de creer que fuimos los "plateístas" los responsables de este nuevo capítulo de la violencia en el Coloso del Parque.
Ing. José L. Castagnino
Socio de Ñuls
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