Sylvestre Begnis

Ante los dichos del ministro de Salud de la provincia Juan Héctor Sylvestre Begnis, la Unión Cívica Radical declara: Que la decisión del ex radical Juan Héctor Sylvestre Begnis de incorporarse a las filas del proyecto del presidente de la Nación Néstor Kichner, además de generar su eyección de las filas del partido de Alem e Yrigoyen, denota una profunda crisis de identidad política a partir de su debilidad por los espacios de poder. Que el desmedido apetito por los espacios de poder del ministro de Salud provincial aporta al desarrollo de otra crisis política en este caso de la credibilidad entre representantes y representados, y en este punto se equiparan por lo nocivo los efectos de la Ley de Lemas con los del travestismo político. Para quienes militamos desde hace mucho tiempo en las filas del radicalismo santafesino no deja de causarnos tristeza la decepción que genera el hecho de que un compañero de militancia se haya pasado a las filas de los generadores de la decadencia en nuestra provincia y no conforme con ello hoy se erija en vocero del partido de gobierno en la provincia de Santa Fe. Ante esta deserción y para quienes continuamos en las filas del radicalismo también es oportuno tener presente la declaración de Avellaneda de 1945 cuando sostiene que en el orden partidario el problema fundamental es el de estructurar y unificar integralmente el radicalismo, para lo cual basta proclamar su doctrina y convocar a los hombres que por su conducta puedan servirla.

Los que continuamos militando en el Partido Radical seguimos transitando el camino de la recuperación partidaria conjuntamente con la consolidación del Frente Progresista Cívico y Social en nuestra provincia, para dejar atrás el retroceso político al que nos sumió el partido de gobierno y al que se ha sumado Sylvestre Begnis. Por eso, ante esta situación nada más oportuno que tener presente el título de la obra de Osvaldo Soriano, porque no deja de ser un triste y solitario final el de este ex correligionario que abandona el centenario partido por un puñado de efímero poder y también es propicio recordarle aquélla máxima que sostiene que Roma no paga traidores y sino que le pregunte al gobernador de Tierra del Fuego Jorge Colazo.