Martes, 3 de julio de 2007 | Hoy
El domingo pasado tuvimos los rosarinos la dicha de volver a votar. A pesar de las inclemencias del tiempo, de la desmotivación y desencanto que impera en muchas personas fruto de la impericia de la clase politica, nuevamente pudimos hacerlo. Entre tantos placeres que da la vida, el ir a sufragar es uno de ellos. El hecho que las elecciones estuvieran proscriptas en tiempos de la dictadura y que muchas vidas se perdieron en pos de volver a vivir en democracia, le da un valor superlativo que quizás, los que sufrimos esos duros momentos, valoramos mas todavía.
Contrariamente a lo que hace la mayoría, concurro a votar cuando mas gente hay. Porque disfruto el momento, porque mientras espero, pienso en muchas de las cosas que hacen que el sistema democrático sea, aunque imperfecto, el mejor de todos los que podemos aspirar. Y después de emitir el voto, cuando emprendí satisfecho el camino a mi domicilio, no pude dejar de acordarme (y amargarme) de cuanto hace que no tenemos elecciones en Ñuls. Resulta increíble que nuestro club (¿todavía lo es?) sea una excepción dentro de la vida institucional que rige nuestras vidas. Desde 1994 a la fecha hemos tenido ya 4 períodos de intendentes, gobernadores y presidentes. Cavallero, Binner (2 veces), Lifschit en la ciudad; Obeid y Reutemann en la provincia (2 veces también cada uno) y Menem (2 veces), De la Rúa, Duhalde y Kirchner en el país. Y entre setiembre y octubre, nuevamente votaremos para renovar todas aquellas posiciones. Pasó mucha agua bajo el puente y sin embargo, parece que Ñuls es una isla. No tenemos el privilegio y el derecho a elegir a quien creamos sea el mejor para sacar a la institución de este pésimo momento. Y eso incluye al oficialismo que en una democracia, puede presentar sus propuestas y ponerlas a consideración a pesar que realizó una pésima administración, según mi opinión. A decir del Che, "la verdad es tan difícil de negarla como de esconderla". A pesar de todas las consideraciones leguleyas que traten de exponerme, no hay ninguna razón para que a esta altura de los acontecimientos todavía Ñuls no tenga su elección. Cuando se quiere se puede. Ya hemos visto demasiados ejemplos de cómo una situación compleja se destraba cuando hay buenas intenciones. Unos meses atrás, uno de los matutinos de la ciudad escribía: "La Jueza Mónica Lamperti, titular del Juzgado de Instrucción de la 12º Nominación, sobreselló a todos los integrantes de las agrupaciones opositoras. Esta decisión judicial se suma al pedido de intervención elevado a la Justicia por Fiscalía de Estado en el 2004. De esta manera las autoridades de la entidad rojinegra deberían convocar a elecciones". Así de simple, deberíamos tener elecciones porque no hay impedimentos legales para que no se hagan. Sería un buen síntoma para un momento muy delicado de Ñuls, para una época donde los que deciden nuestros destinos, están en campañas electorales pidiéndonos por favor que votemos. "En cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados, eso sí es lo importante; lo importante es el tránsito, la dignidad con que recorrí el camino en la búsqueda del objetivo. Lo otro es cuento para vendernos una realidad que no es tal." ¿Quién dijo esto? Marcelo Bielsa. Y eso es lo que pretendemos los socios leprosos, dignidad y nobleza en los recursos utilizados. Si no es así, seguimos rememorando a un oscuro y patético general que descaradamente dijo en 1981 "las urnas están bien guardadas". Ya sabemos cómo terminó la patoteada.
Roberto Benedetto
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