El asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra el miércoles pasado pone una vez, y trágicamente en descubierto, la existencia de una estructura en la que está involucrado una parte del sindicalismo argentino, cuyos intereses se entrelazan en profundidad con el de las patronales más duras y que establecen las relaciones laborales más deshumanizadas, un objetivo para el que se valen de la ayuda de las organizaciones que deberían servir al conjunto de los trabajadores que representan. El crimen del joven de 23 años es un hecho que requiere pensar en los modelos sindicales que conviven en la Argentina, pero no sólo en el país, y a partir de esos modelos en la denominada burocracia de los gremios que no dudan en sustentarse en la violencia, en el castigo a militantes y aún en la muerte para defender porciones de privilegio que ven amenazados. Rosario/12 buscó la reflexión de referentes de quienes encarnan, en Rosario, el más amplio espectro del pensamiento sindical y quiso consultar entonces la opinión de la CGT Rosario, no sólo sobre el hecho ocurrido en Barracas, en Buenos Aires, sino sobre la forma en que se puede terminar con la concepción más dañina que todavía cuenta con mucha fuerza y exhibe resultados nocivos para el colectivo de la clase trabajadora. El titular de la Confederación General del Trabajo local, el camionero Rubén López, no respondió al pedido de este diario. De ahí que a continuación se presentan las miradas y opiniones de uno de los referentes del Movimiento Sindical Rosarino (donde se nuclea la anterior conducción de la CGT rosarina), el dirigente de los judiciales Juan Nucci, el del secretario general de la CTA Rosario, Gustavo Teres, y el del secretario adjunto de la misma central, pero a nivel provincial, el secretario general de los trabajadores de prensa de Rosario, Edgardo Carmona. Los tres se expresan por la necesidad de fortalecer las herramientas para llegar a la democracia en las organizaciones de los trabajadores con algunas miradas particulares sobre la burocracia invocada, en estos días, como la responsable de la muerte del militante del PO. La coincidencia es total en cuanto a señalar a quienes durante el menemismo se convirtieron en el sindicalismo en un apéndice empresario y prebendario.

Desde el Movimiento Sindical Rosarino donde se reúnen la mayoría de los gremios que formaban parte de la conducción anterior de la CGT, cuando Néstor Ferraza ejercía la secretaría general, es Juan Nucci, el titular del gremio de los Judiciales que da una mirada sobre el contenido de la apelación a la llamada 'burocracia sindical', sus métodos de acción y las formas de relacionarse con sus propias filas y con otras organizaciones. La referida a la burocracia sindical fue una de las consignas que más se escuchó en las marchas en las que se pidió justicia por el asesinado del chico Mariano Ferreira, y castigo a los responsables materiales e intelectuales de su crimen.

Para Nucci, en primer término hay que tomar como escenario desde donde se hace la crítica a la burocracia: "Esto tiene una connotación si está dicho desde los compañeros que alientan el mejoramiento del movimiento obrero en la Argentina, y otra cuando se realiza desde otros sectores que en el fondo realizan esa crítica al sindicalismo mismo, y que fue un caballito de batalla a partir de los '90. Con la base en ejemplos claros de corrupción, de burocratización que existen en el sindicalismo, el último planteo contiene un interés o un prejuicio que lo que pretende es hacer desaparecer a las organizaciones como herramienta de defensa del derecho de los trabajadores. Esto no quiere decir que no exista burocratización y corrupción. Pero también en estos días vale el ejemplo de la desgracia dolorosa de la muerte de Mariano, porque en la crítica a una patota asesina, también se involucra a quienes estamos totalmente consustanciados con la defensa de los derechos de los trabajadores.

Pareciera que en este momento, algunos sectores de izquierda coincidieran con esa crítica histórica que en general proviene de la derecha".

Para Nucci integrante de un sector del peronismo identificado en esta etapa con el diputado nacional Agustín Rossi "en estos días parece verse un aprovechamiento político del repudiable crimen de Mariano Ferreyra". El titular de Judiciales recordó que, en general los gremios que comparten el espacio, partieron de una profunda autocrítica en la década de los '90 y por eso crearon el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA). También recordó que mientras hay una cúpula sindical que adscribe al neoliberalismo surgieron dos experiencias, una justamente la del MTA y la otra la de la CTA "y nuestro rasgo distintivo, dijo, fue intentar reconstruir la CGT y creemos que en este tránsito algo avanzamos porque no es lo mismo que estuvieran algunas de las figuras que condujeron antes a la CGT, que esté allí Hugo Moyano, que expresa un sindicalismo comprometido con los trabajadores y de confrontación nítida con el modelo neoliberal".

Nucci se refirió además a la crisis de representación que ocurre en distintos ámbitos de la vida de la sociedad pero señaló que cuando esa crisis "involucra a los dirigentes de los trabajadores, es más grave porque somos los responsables de la defensa de los más débiles". Más adelanté señaló que lo que ocurrió en Buenos Aires "nos demostró brutalmente cuánto nos falta en la construcción de la democracia sindical". Y la afirmación contundente fue que todo lo que ocurrió le sirve políticamente a la derecha. "Incluso ese igualar responsabilidades entre la CGT y el gobierno nacional, con la actitud de un burócrata que no tiene que ver ni con la CGT ni con el gobierno, en referencia a José Pedrazza , favorece a los intereses antipopulares".

La base material de la burocracia

Para Gustavo Teres el secretario general de la CTA Rosario es necesario preguntarse por qué ocurrió lo de Barracas y por qué suceden estas cosas: "Lo primero que hay que decir es que es porque hay patronales, grupos empresarios que despiden, que precarizan, que negrean y que tienen una serie de políticas para maximizar sus ganancias y violentan los elementales derechos de los trabajadores. Para eso necesitan grupos funcionales que les dan la base material a la burocracia. Se trata de grupos o sectores que se garantizan el control del aparato burocrático por una connivencia con la patronal, tienen un fortalecimiento económico importante en términos personales y de la organización, aunque sus representados estén muchas veces desprotegidos y en condiciones paupérrimas. Esta burocracia tuvo un punto de inflexión en los "90, con el sindicalismo empresario, donde esta connivencia ya no sólo permitía un acuerdo entre las patronales y el sindicato, sino que las organizaciones empezaron a ser parte del negocio, del mundo del empresariado". Así Teres mencionó a las AFJP, a las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo y a la privatización de algunas empresas, en cuyos casos los dirigentes empresarios se hacían cargo de determinados ramales o líneas como en el caso del ferrocarril.

Para el secretario general de la CTA local, la instancia que recién describió produjo el mayor nivel de "degradación del modelo sindical" que por otra parte se alejaba, según explicó, cada vez más de los intereses de los trabajadores y a la vez se desvirtuaba progresivamente el mandato fundacional de la organización. "Nos encontrábamos así con sindicalistas que vivían y pensaban como empresarios, tal el caso de los autodenominados "gordos", que hegemonizaron el modelo sindical a través del cual pactaron con (Carlos) Menem, y entre ellos estuvo (José) Pedraza de la Unión Ferroviaria". También recordó dos emblemáticas luchas contra las privatizaciones, una la resistencia de los telefónicos contra la privatización de la empresa estatal y la otra, la protagonizada por los obreros congregados en La Fraternidad, y otros trabajadores de base, también contra la privatización. Aquí está la matriz de esta burocracia que luego no sólo se nutre para la fuerza de choque con recursos de adentro del gremio sino que también echa mano a este material, como sucedió con el fútbol, que son las barras bravas".

Teres lleva la reflexión hacia el análisis de otros conflictos, tal el que se vivió en el gremio de los lecheros, ATILRA, "que no se pueden explicar -afirmó , sin esta connivencia entre las patronales y el sindicato que recurre a las fuerzas de choque. Desde hace dos años a esta parte hay gente que le permitió a las patronales resolver determinados problemas económicos y que recibió como pago la persecución a comisiones combativas, de base. Vemos lo de la Unión Ferroviaria, que no es algo que suceda ahora, sino que viene desde hace tiempo, y también lo vimos en una emboscada cuando una patota de la UTA habían apaleado a compañeros de la UCRA que estaban luchando por la reincorporación de 15 choferes de la Chevallier". Teres se preguntó, entonces, qué papel jugó la Unión Tranviarios Automotor en esa oportunidad: "Defendía los intereses de los trabajadores. No, defendía los intereses de la patronal que los había despedido", sostuvo con fuerza.

Para Teres así como otras organizaciones de la sociedad civil tienen libertad para organizarse, las organizaciones sindicales deben salir de "la tutela del Estado". Por eso dijo que la libertad y la democracia sindicales son "dos caras de una misma moneda", y explicó que a su criterio debe darse libertad para que los trabajadores, por sus propias decisiones, definan cómo quieren organizarse, a qué lugar quieren pertenecer y bajo qué niveles de organización. "Y el principal desafío de la dirigencia sindical y la militancia preocupada por los problemas de los trabajadores es cómo salimos a organizar al 60 por ciento que está por fuera de los sindicatos, en condiciones precarias y trabaja en negro".

Democratización sindical

Carmona también señaló que cuando se hace referencia a la burocracia sindical, hay que ser "cuidadoso" y analizar quién y desde qué lugar se dice "porque la expresión se utilizó mucho para estigmatizar a todo el sindicalismo, con una descalificación hacia todas las organizaciones sindicales. En general la estigmatización surge cuando los trabajadores comienzan a organizarse y a pulsear por la distribución de la riqueza, en el marco de las convenciones colectivas, de las paritarias. Yo encuadraría a la burocracia sindical en aquellos dirigentes que llegan a la conducción y terminan usando las estructuras para beneficio propio, para traicionar a los trabajadores al darles la espalda a sus derechos y conquistas. Se trata del sindicalismo de empresas, tal como se conoció a partir del menemismo y del que Pedraza, de la Unión Ferroviaria, fue uno de los gordos", de los arquetipos de este sindicato de entrega "Hay que recordar cuando la Revista Caras reflejaba la imagen de unsindicalista, creo que era (Armando) Cavallieri veraneando en carísimos lugares mientras sus trabajadores eran precarizados o despedidos. Esos son los mismos que ponen a su servicio patotas para disciplinar y no perder los privilegios. Creo que lo que hay que reforzar para combatir a estas cúpulas traidoras y enquistadas es, básicamente, la democracia sindical más allá de la estructura que los trabajadores se den en su organización y que tendrán que decidirla".

El secretario adjunto de la CTA provincial aclaró que al referirse a la estructura o a la forma de la organización se refiere a si tienen, o no, representación de minorías, a la central que quieren los trabajadores de esa rama de la actividad, a cómo agremiarse. "Pero más allá de todo esto creo que lo fundamental es la democracia sindical, la importancia que tiene que los trabajadores puedan elegir a sus dirigentes, que exista esa cadena de transmisión entre las bases y esos dirigentes en una consulta permanente. La democracia no es sólo un problema de articulados, no es sólo un problema de estatutos. Además de serlo, es un tema de conciencia, de cultura democrática y el sindicalismo acompañará en esta maduración a toda la sociedad argentina. Legitimidad y legalidad deberán ir de la mano en las estructuras sindicales". Tal vez el tema del derecho y la posibilidad real de disentir sea una de las aristas más importantes de la vida sindical, de allí que Edgardo Carmona señaló que ese derecho "estuvo absolutamente ausente y terminó con la vida del militante Mariano Ferreyra. Es injustificable, no hay lugar para no repudiar y buscar el juicio y castigo a los responsables. No se puede detentar una estructura, en sociedad con las empresas, para tercerizar compañeros, ganar más plata y evitar que estos compañeros protesten. Y si tienen la posición dominante en la estructura mandar una patota para castigarlos. Si esto es burocracia, los trabajadores deben organizarse y trabajar para que no sea más una forma del sindicalismo en la Argentina".

Carmona insistió en que hay que tener mucho cuidado con las "generalizaciones y provocaciones" ya que, dijo, "se veía cómo en televisión se mostraban las imágenes y en un zócalo la leyenda "los trabajadores se enfrentaron con sindicalistas", cuando esto excedió por lejos una interna sindical. Claro que lo ocurrido en Barracas afecta a la participación; no es gratuita la estigmatización de distintos sectores hacia el sindicalismo en general como retrógrado y que no se hagan las diferencias que corresponde hacer, que no se levanten los ejemplos de tantos y tantos trabajadores que han dado la vida por los intereses de su clase.En esa simplificación que hacen los grandes medios, los intereses corporativos y el poder fáctico en la Argentina no hay otra intencionalidad que la de desmantelar a las estructuras que ponen freno al avance del capital".

El dirigente del Sindicato de Prensa Rosario terminó con el llamado a seguir peleando por la verdadera democratización sindical en la que están interesados "dirigentes de la CGT y de la CTA y como los hay en las organizaciones que en general manifestamos el pasado jueves. Las diferencias deben ser dirimidas en el marco de una mesa de negociación, de discusión y en elecciones absolutamente democráticas".