Domingo, 19 de agosto de 2007 | Hoy
Lo dijo Olga Martín de Hammar, presidenta de la Comisión Tripartita de Igualdad de Trato y Oportunidades entre Varones y Mujeres en el Mundo Laboral; que pasó por Rosario para conformar aquí este mismo espacio.
Por Alicia Simeoni
La permanente violación del principio constitucional por el que debe pagarse la misma remuneración a quienes cumplen la misma tarea y también de los tratados y convenciones internacionales contra la discriminación por género, es sólo uno de los aspectos que intentará abordar la Comisión Tripartita de Igualdad de Trato y Oportunidades entre Varones y Mujeres en el Mundo Laboral (CTIO) de la Región Centro-Sur de la provincia. Esa comisión se formó el jueves pasado con la presencia de la presidenta del mismo espacio del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Olga Martín de Hammar, quien explicó que la brecha salarial no es muy grande en el sector público pero sí inmensa en las empresas que manejan tecnología de punta, tanto que habla hasta de un 35 por ciento, por supuesto en perjuicio de las mujeres. La desigualdad salta la barrera de la baja salarial y se proyecta en la ausencia de oportunidades de acceso a cargos de decisión y a las disciplinas laborales mejor remuneradas. La constitución de la comisión comprende a la Secretaría de Trabajo de la provincia, a la Confederación General del Trabajo, a sectores empresarios y a la representante del Consejo Nacional de Políticas Sociales a través del Programa Juana Azurduy, Gabriela Sosa.
Martín de Hammar y también Sosa señalan que no existe la mirada de género en las máximas autoridades políticas, ya sean de la Nación como de la provincia y que Santa Fe tiene una situación contradictoria porque cuenta con leyes que promueven la discriminación positiva pero que al mismo tiempo son invisibilizadas. Desde aquella expresión de general Juan Domingo Perón acerca de que cuando se creaba una comisión era para no hacer nada pasó mucho tiempo y las involucradas se muestran decididas a impulsar el desafío que supone el diseño de políticas públicas en la materia. Hammar señaló que en el ámbito nacional participan de los "aciertos y desaciertos" del plan la CGT, la CTA y las Cámaras Empresarias. Sin embargo en Rosario la creación de la Comisión contó sólo con la participación de representantes de los gremios y dirigentes cegetistas mientras que la presidente de la comisión nacional aseguró que la Central fue invitada.
-¿Cómo entiende las acciones y la igualdad de oportunidades en un contexto en el que la desigualdad y la exclusión son los rasgos dominantes?
Olga Martín de Hammar- Creo que lo más importante pasa por la conciencia social de las personas y entidades. Primero hay que recuperar la cultura del trabajo que se perdió en gran parte con la forma de gestión de los años 90. La mejor manera de ir dejando de lado la desigualdad e instalando el camino de la equidad es el trabajo conjunto de todos los sectores. Muchos jóvenes no vieron nunca trabajar a sus padres. Y cuando desaparece el trabajo la que aparece es la mujer: ella se convierte en proveedora informal porque su presencia no estaba formalizada o legalizada en la vida laboral. Por eso hoy tenemos casi un 50 por ciento del sector trabajador ocupado por mujeres y de ese sector hay más de un 30 por ciento en el que ellas son cabeza de familia y están sosteniendo solas a sus hijos.
-¿En qué términos hablaría del respeto, o no, del principio constitucional que habla de la correspondencia de igual remuneración por igual tarea?
O.M.H.- La brecha salarial en el trabajo público no es muy grande, se trata de uno o dos puntos pero donde es realmente importante y supera el 35 por ciento es en la industria de punta, en la que hay mejores remuneraciones. Se trata de empresas como las metalúrgicas, las agrotécnicas y la construcción. Allí la brecha es muy grande: a una misma calidad de trabajo no le corresponde igual remuneración y en general hay pocas mujeres.
-¿Confía en que quienes la acompañaron en la constitución de la Comisión en Rosario adopten y sostengan una mirada de género?
O.M.H-. Creo que están comprometidos con lo que sea justo, moderno y más democrático. Ello no implica que tengan una mirada de género y esto es tanto para empresarios como para sindicalistas. Pienso que con el tiempo y la formación de cuadros se dará esa mirada. En el ámbito de los sindicatos se avanzó más por la fuerte participación de las mujeres y porque existe la ley de cupos para los cuerpos orgánicos sindicales. En el sector empresario falta muchísimo para hacer. En la mayoría de las pequeñas empresas la mujer hace gran parte del trabajo pero la administración la sigue haciendo el marido, el hijo o el hermano y ellas están absolutamente postergadas.
-Es la primera vez que el gobierno provincial crea un ámbito en el que se habla de políticas de género. ¿Cómo cree que está el nivel de discusión y comprensión del tema en quienes formulan y ejecutan las políticas públicas?
Gabriela Sosa- Creo que en Santa Fe la situación es contradictoria porque hay varias leyes que no se dan en otras provincias y aquí apuntan a la igualdad de género o a la defensa de los derechos -como la de educación sexual obligatoria en las escuelas, la de procreación responsable, la que contiene la problemática de la violencia laboral- y que se invisibilizan deliberadamente porque provocarían cambios que tienen que ver con la concepción, construcción y conducción de las políticas públicas.
-Para el caso la ley de educación sexual tiene más de 10 años y no se aplica...
G.S.- Pero hay muchos emergentes en instancias como 'La Juana' -se refiere al Programa Juana Azurduy- y también un montón de mujeres, organizadas o no, que exigen, que piden por sus derechos en los centros de salud, en los distritos y en muchos ámbitos que necesariamente producen una visibilidad política y pública de los temas. Así que, o se hacen oídos sordos o se toman las experiencias para unir a esos sectores y generar políticas colectivas. Si no se tiene esa capacidad y se produce el estancamiento en cuanto a mostrar la referencia individual de uno de los sectores, entonces, la Comisión no dará los frutos que se espera: agrupar, generar redes y tener iniciativa permanente, aunque se trate de charlas para 5 mujeres. Son las semillitas que nos permitirán construir otro tipo de políticas.
-¿Existe la mirada de género en las máximas autoridades políticas de la Nación y de la provincia?
O.M.H- No, no existe. Además hemos tenido en el gabinete ministras que nunca quisieron colaborar con la instalación del tema de género en sus propias reparticiones. No es el caso de Nilda Garré que creó la secretaría de la Mujer en el Ministerio de Defensa, algo que parecería impensable. Pero en otras áreas como en el Ministerio de Economía, el de Educación o Salud no se logra perforar las decisiones.
G.S.- Creo que sucede lo mismo en la provincia. La mirada de género no atraviesa las políticas públicas. Suele generarse alguna legislación o determinados actos en ciertas fechas y momentos. Y esto sucede aunque hay muchas mujeres legisladoras, pero eso sólo no implica la existencia de políticas de género. Estamos todavía muy retrasados pero tenemos mucho espacio para caminar. En la provincia no hay un Consejo Provincial de la Mujer, de hecho creo que ni en la Nación ni en la provincia existe la mirada transversal hacia las políticas públicas. Creo que en un punto tampoco en la ciudad está puesta esa mirada transversal. Están las secretarías o espacios particulares de mujeres donde para esos espacios sí se discute la igualdad y la equidad, pero si se quiere hablar de la propuesta política para la provincia de Santa Fe no existe esta mirada transversal desde ninguna de las propuestas.
Por su parte, el secretario de Trabajo de la provincia Alberto Gianeschi dijo que la provincia de Santa Fe "marca un rumbo en el país" ya que durante esta gestión de Jorge Obeid las estadísticas señalan que se registraron 327.277 trabajadores -no se sabe cuántas mujeres- a los que hay que agregar 15.000 empleadas domésticas que se registran en la AFIP. Opinión para que el plan no sea sólo enunciado.
-¿Cuántos de los puestos que menciona son ocupados por mujeres?, le preguntó este diario.
-No tenemos esos datos, no los seguimos nunca. Creo que ahora de la forma en que estamos informatizando la provincia podremos saberlo. Es una buena pregunta porque me permite dar instrucciones para que se averigüen esos indicadores.
-¿Cómo supone trabajar para que el plan no sea sólo un enunciado?.
-Hay que recurrir a tres estrategias, la difusión para romper con la creencia de que el 'trabajo decente', según la definición de la OIT, o el trabajo digno como le llamamos nosotros se trata sólo del que está registrado. Además hay que trabajar en la modificación de la legislación que no respete la igualdad de trato y por último abordar la forma de dar respuestas concretas cuando se presente una situación en la que se viole la igualdad, tanto en el ámbito público, como privado. El desafío es cómo convencer a las patronales sea el Estado provincial o municipal o las empresas, que la desigualdad tiene que desaparecer.
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