Jueves, 20 de diciembre de 2007 | Hoy
PSICOLOGíA › ENTREVISTA A CARLOS KURI SOBRE SU NUEVO LIBRO
"Estética de lo pulsional. Lazo y exclusión entre psicoanálisis y arte", es el nuevo trabajo del psicoanalista rosarino, quien en diálogo con Rosario/12 desarrolla su propia impresión.
Por José Manuel Ramírez *
Carlos Kuri es psicoanalista, profesor de la Facultad de Psicología y Director de la Maestría en psicoanálisis de la UNR, profesor invitado en los Posgrados de la Universidad del Litoral, Buenos Aires, Mar del Plata, Nueva York e Italia, colaborador de la revistas Kaos, La perra, Redes de la Letra y Conjetural. Entre sus libros se cuentan: Piazzolla, la música límite (Corregidor); La argumentación incesante (Homo Sapiens); Ensayo de las razones en colaboración con J. B. Ritvo, (Letra Viva) e Introducción al Psicoanálisis (Homo Sapiens).
-Esta cuestión de la relación entre el psicoanálisis y el arte es una preocupación tuya desde hace mucho tiempo. ¿Este libro es el resultado del tratamiento de esa temática?
-Sin duda. Hay una cuestión personal por mis intereses vinculados al arte, al dibujo, a la música por mis investigaciones relativas a Piazzolla, y por otro lado por mi trabajo como analista. Pero creo que el desarrollo del libro se justifica por una especie de constatación discursiva y hasta social de que siempre hubo en la historia del psicoanálisis una relación, una especie de relación recíproca entre el psicoanálisis y el arte, históricamente; si uno revisa las revistas de la APA ya había una abundante cantidad de artículos dedicados a interrogar el arte y a ser interrogados por el arte. Lo que me estimuló para hacer este libro tiene que ver, como siempre sucede, con una especie de insatisfacción en cuanto a cómo se trabajó esa relación históricamente, a veces aplanada por una especie de psicoanálisis aplicado, más rudimentario, más sofisticado, más en el estilo de Garma o más en el estilo lacaniano.
-En ese sentido, sabemos que Freud también fue a la literatura, fundamentalmente, o a algunas obras escultóricas y que justificaron un trabajo de él. Desde Freud, ¿cómo ves esa relación entre psicoanálisis y arte, a propósito de la sublimación?
-Inauguralmente, el arte penetra el psicoanálisis, los textos vinculados a Goethe, el trabajo sobre el Moisés, el trabajo sobre Leonardo, son marcas fundamentales. Algunos autores como Jacques RanciÍre, los consideran marcas fundantes. RanciÍre tiene un libro que se llama El inconsciente estético donde plantea cómo el inconsciente freudiano no podría haber sido creado sin estos discursos vinculados a la estética. Es un planteo interesante, de todas maneras un planteo que hay que circunscribir y hasta restringir porque en el punto donde lo estético es absorbido por la teoría freudiana para abonar al inconsciente, en ese momento -esa es parte de mi idea en este libro - necesita dejar de ser estético. El subtítulo del libro es "Lazo y exclusión entre psicoanálisis y arte". Yo creo que no tenemos que perder de vista la exclusión para percibir mejor la relación entre psicoanálisis y arte. O sea, frenar un poco cierto abuso de poder interpretativo del psicoanálisis, para recién allí empezar a percibir que no es por el lado del sentido, del significante, de la interpretación que uno desde el discurso psicoanalítico entra en contacto con el arte. Primero hay que disolver cierta relación. En un texto de Freud "El poeta y su fantasía", Freud es muy inteligente allí porque sabe cuándo probar su teoría usando al arte como medida, y sabe cuándo desligarla. Y ahí se preguntaba ¿por qué será que ciertas fantasías relatadas por los pacientes nos producen o cierto rechazo, o cierta repugnancia, y ese mismo material sexual trabajado poéticamente nos produce sensibilidad estética? O sea que era absolutamente atento a una línea de exclusión indispensable entre lo estético y el psicoanálisis. Si perdemos de vista eso no podemos plantear ninguna relación.
-¿Entre arte y estética habría para vos cierta equivalencia?
--Sí, es cierto, puede prestarse a algún tipo de confusión. Cuando nombro arte hablo de un dominio instituido más socialmente donde identificamos rápidamente de qué se trata, pero quizás el término más riguroso sea estética para lo que a mí me interesa, porque alude a los problemas que históricamente se han encargado de la cuestión de la sensibilidad. Interrogar el problema de la sensibilidad a partir de lo que el psicoanálisis tiene como concepto fuerte, que es lo pulsional, me parece que es lo que nos permite otro aire acerca de la aistesis, de la sensibilidad estética, de la sensación. Poder pensar cómo la sensibilidad estética es artificial y no una expresión de los sentimientos. Entonces, estética se refiere más a la posibilidad de interrogar el problema del cuerpo a partir del psicoanálisis. E interrogarlo de un modo distinto a cómo el psicoanálisis lo plantea en cuanto al síntoma, por eso es que yo pongo como una parte privilegiada del texto el concepto de sublimación, que también es un concepto bastante inexplorado.
* Coordinador de la pßgina de psicología Rosario/12.
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