Jueves, 11 de marzo de 2010 | Hoy
PSICOLOGíA › LOS RECURSOS PARA INTERVENIR CON ADOLESCENTES
Por Stella Maris Firpo*
Los adolescentes son habitantes mutantes en una zona de liminalidad. Están entre la metamorfosis puberal y la metamorfosis social; justo allí, entre un terremoto puberal y un tembladeral social. La adolescentización de los adultos y la caída de la representación de futuro complejiza aún más la situación de los jóvenes. Toda época tuvo su juventud dorada, la particularidad de la nuestra es que la adolescencia pasa a ser modelo para otras edades. Para los niños, que anticipan desde la moda y el consumo la etapa que vendrá, para los adultos, creando fantasías de juventud eterna a través del mismo consumo. Así la adolescencia se libera de la edad y se convierte en imaginario que obsesiona a los mayores. El desasimiento de la autoridad de los padres no parece estar muy favorecido, además ¿como confrontar ante un lugar vacante?
Dos fenómenos en la Argentina: la destrucción de los lazos de la sociedad civil y del aparato productivo, interfieren en la posibilidad de inserción por medio del estudio o del trabajo, ámbitos donde se fundamenta el ejercicio de la responsabilidad. Si la responsabilidad, eje de la constitución subjetiva es central, no lo es menos la del Estado y sus representantes.
Hay cuestiones que no pueden ser dejadas de lado: la historia libidinal y la cultura vigente. Si es cierto que un joven pone en acto lo que no puede poner en palabras y muestra así fallas en la constitución de una función de terceridad; no es menos cierto que la terceridad está formada por internalización de un universo que es social, que conspira todavía contra la instauración de la ley y mantiene la transgresión, la corrupción y la estafa como forma de lazo social.
La condición de psicoanalista no autoriza para ser extemporáneo. Su ética: la de la responsabilidad, no la de la inimputabidad. No confunde el espacio privado del consultorio con un espacio clandestino, ni el secreto profesional con pedido de complicidad.
La adolescencia, como momento de constitución subjetiva pleno de conflictos y de potencialidades es una ocasión fundamental para intervenir antes de lo ya consolidado.
Son mutantes en una zona de liminalidad, de margen, de umbral, entre el niño que ya no es y el adulto que advendrá. Es en este momento de constitución subjetiva donde se requiere de un otro, que sancione, habilite, no incondicional pero sí con una cierta disponibilidad.
Habitantes de un tiempo que es un destiempo, un tiempo donde lo antiguo se renueva, coloreado por lo infantil pero con la posibilidad del protagonismo, momento pleno de conflictos pero también de infinitas posibilidades. El psicoanalista tiene recursos para intervenir en problemáticas con adolescentes de la contemporaneidad, en un momento de constitución subjetiva, antes de lo ya consolidado.
*Psicóloga. Docente Facultad de Psicología UNR.
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