Jueves, 21 de mayo de 2015 | Hoy
PSICOLOGíA › EL LUGAR QUE TIENE EL DUELO EN LA CLíNICA A TRAVéS DE LOS DISTINTOS HISTORIALES
"Navegar es preciso" es un libro consagrado al duelo, escrito con la convicción más íntima de la autora Silvina Garo, que muestra la importancia del trabajo de duelo en el curso de una vida, de un análisis. El libro se presentará la semana entrante.
Por Carolina Rovere *
Navegar es preciso es un libro consagrado al duelo, que está escrito desde la convicción más íntima de la autora y nos muestra la importancia que tiene el trabajo del duelo en el curso de una vida, de un análisis.
¿Qué nos trae este libro? Parte fundamentalmente de Freud pero no solo del trabajo conceptual que Freud hace en relación al duelo en los distintos momentos de su obra, sino que también rastrea el lugar que tiene el duelo en la clínica a través de los distintos historiales y desde los primeros Estudios sobre la Histeria.
Se adentra también en la problemática del narcisismo para dividir las aguas entre el duelo y la melancolía, trabajo bien freudiano. Aborda la problemática de la identificación: Identificarse con el objeto no es lo mismo que identificarse con rasgos del objeto, marcando esta diferencia radical entre una entidad y otra. Y es más, se pregunta: "¿La identificación no ya con el objeto sino con rasgos del objeto resignado, no sería uno de los indicadores de que efectivamente se ha efectuado el trabajo duelo?".
Nos recuerda junto a Freud en su poético texto "La Transitoriedad" que hay una pérdida estructural e irreparable que hace que las cosas de este mundo sean más apreciadas, pero así también nos habla de aquellas pérdidas que son tremendas en un sujeto y que dejan desgarros y marcas permanentes.
Si bien todos estamos atravesados por un duelo estructural, tal como Garo lo ubica en Lacan "no estamos de duelo sino por alguien de quien podemos decirnos yo era su falta", arriba también a la experiencia singular del duelo, a ese recorrido que cada Uno puede atravesar o quedar empantanado y obstaculizado hasta en algún momento asumirlo. Por eso nos enseña de una manera clínicamente impecable que "cada duelo es su vicisitud" haciendo alusión al modo singularísimo de cada quien al navegar por estos mares.
La riqueza de este libro se debe a que nos encontramos en todo momento con el sujeto que escribe; con una autora que nos quiere transmitir no solo su modo de leer a Freud y Lacan, no sólo lo que le ha enseñado la clínica en su experiencia, sino también sus propias marcas del duelo. Y esto le aporta, según mi modo de pensar, un plus exquisito a esta escritura.
Como todo libro, cada lector podrá degustar distintos ángulos o aristas o anclarse donde más le guste; en mi caso, una apreciación que me pareció de gran importancia, es la diferencia que la autora plantea entre la posición histérica y femenina respecto al duelo, ya que nos dice que "la posición femenina se realiza en tanto la falta no se sostiene en la insatisfacción histérica como evidencia de la carencia fálica, sino en la posibilidad de subjetivar la falta del lado femenino". Y esto marca una diferencia sustancial entre la histérica que se queja de la falta y la posición femenina que ha podido asumirla y hacer algo interesante con eso.
Para concluir quiero decir que este libro es en sí mismo una propuesta ética: "Es aquí donde un análisis implica hacer y atravesar el encuentro con lo imposible para pasar a una lógica de lo contingente y contar con la disposición frente al disfrute y a la vida por su misma condición de provisoria". Son las palabras con que Silvina nos toca a través de su escritura y nos invita a acompañar esta lectura; por eso la vida es como este libro: podemos amarrarnos a los puertos que queramos o navegar sueltos en los mares según se pueda y desee en cada momento.
* Psicoanalista, docente en la Facultad de Psicología, miembro de la EOL Rosario.
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