El trabajo que Bick propone ayuda a pensar en el nivel de la piel como continente, como sede del self. Sus aportes destacan la función de lo interpersonal en la génesis de lo intrapsíquico, y cómo las observaciones detalladas del bebé y de la madre y luego otra vez del bebé, ayudan a comprender los problemas más primarios de estas relaciones, que existen mucho antes de las palabras y más allá de ellas.

En ocasión del primer encuentro realizado en 2005, con los colegas del Ateneo de Estudios Psicoanalíticos trabajamos los conceptos relacionados con la experiencia de la observación de bebés método E. Bick. Esta práctica permite al psicoanalista, como también a los trabajadores de la salud mental ponerse en contacto con estados emocionales primitivos del bebé y su familia y participar del conocimiento acerca del desarrollo mental del bebé. Al mismo tiempo la propia respuesta emocional del observador, su contratransferencia, se constituye en un excelente entrenamiento para la práctica psicoanalítica.

El método observacional fue creado por Esther Bick, psicoanalista polaca formada en Inglaterra. La enseñanza de este método fue incluido en seminarios de la Clínica Tavistock de Londres en 1948 y en la Sociedad Psicoanalítica Británica, manteniéndose su vigencia y su práctica hasta nuestros días. Actualmente se dictan seminarios en Institutos Psicoanalíticos de diversas partes del mundo, también en nuestro país, con la formación que se está dando de varios grupos de investigación centrados en la conducta de la díada mamá﷓bebé.

Para este segundo encuentro se trabajará con la presentación de observaciones del primer y segundo año de vida del bebé y su familia y serán discutidas en el grupo estimulando la participación de los colegas que no hayan pasado por esta experiencia.

Las teorías psicoanalíticas de W. Bion y la práctica de observación de bebés de E. Bick pueden relacionarse y servir de apoyo a las hipótesis con las que trabajamos acerca del funcionamiento mental primitivo.

En las observaciones tratamos de describir las experiencias emocionales del bebé desde su nacimiento hasta los 2 años a partir de lo que vemos, oímos, etc., sin descartar lo que sentimos y pensamos, y conjeturamos cómo se desarrolla su pensamiento, en conexión con éstas.

El observador es parte de ese desarrollo, que lo implica emocional e intelectualmente. Los obstáculos que se presentan en la observación y que son el objeto privilegiado del trabajo grupal, constituyen un entrenamiento esencial para el trabajo analítico y un campo que para muchos constituye el entrenamiento preclínico más adecuado a la tarea psicoanalítica. También para aquellos profesionales de la salud como pediatras, asistentes sociales, psicopedagogos, en el plano de la educación los maestros, especialistas en jardines maternales, todos podrán aprender de la experiencia llevados por la motivación de pensar acerca de la calidad de sus vínculos en su práctica profesional.

Desde este aprendizaje es posible pensar y hacer correlaciones mesuradas con la tarea clínica y los obstáculos que se presentan en la cura.

*Psicoanalista, especialista en niños y adolescentes, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina, docente del Instituto de A.P.A. de Seminarios de Observación de Bebés, coordinadora de Grupo de Investigación sobre Desarrollo Psíquico Temprano.