"Inspeccionamos la actividad de 66 mil operadores, de 2 millones de camiones con unas 59 millones de toneladas de cereal, que determinaron más de 3 mil bajas en el registro de operadores a quienes se les detectaron inconsistencias. También se hicieron cobranzas y embargos en el mismos momento del operativo por 3,5 millones de pesos. Así la evasión evitada sumó 310 millones de pesos, que significó un 20 por ciento más que la del año anterior". Este es el resumen del Operativo Granos 2006 que realizara ayer -videoconferencia mediante- el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos Alberto Abad, desde la sede central del organismo que fue contactada con la delegación local. En este sentido el responsable de recaudar fondos públicos, señaló que la evasión en la Argentina es consecuencia de una rara mezcla: "Una carga cultural, de ignorancia y viveza criolla". Otro dato revelador es que casi la mitad de los transportistas que figuraban como empleados tenían irregularidades en su relación laboral.

-¿Cuál es la estimación del comercio en negro de granos?

-El tema de los cálculos sobre la evasión es muy difícil de hacer análisis sectorial. Lo que puedo decir es que hay avances porque a partir del año pasado usamos el criterio de la renta potencial es decir estimando cuánto IVA se podría recaudar calculando la actividad de todos los sectores, y lo comparamos con los que efectivamente recaudamos, la diferencia será el monto evadido. Por eso dije que habíamos llegado al pico de la evasión del año 2002, que fue del 35 por ciento, pero en el 2004 tuvimos una reducción al 25 por ciento mientras hace un mes calculamos que en el 2005 calculamos que fue del 23 por ciento. Estos porcentajes son de toda la actividad, habría que restringirlos a la actividad agrícola que es muy importante.

-¿Cuáles serían los niveles de evasión comparados con otras economías?

-En los países con muy buen control están entre el 10 y el 15 por ciento. Lo que también hay que plantear es que los sectores agrícolas en el mundo en general es donde existen más informalidad, por un problema cultural, por que están en grandes zonas geográficas porque están alejados de los centros comerciales, es decir una serie de circunstancias culturales, que producen un mayor nivel de evasión. Lo cierto es que este es un largo camino a recorrer, pero vamos por buen camino: la evasión del IVA bajo, los mecanismos de retención al productor que hemos creado minimizan la evasión, y el haber bajado la alícuota del IVA del 21 al 10.5 por ciento llevo el 'negocio' de evadir a la mitad. Así también el haber aumentado las retenciones a quienes no están en el registro es una manera de correr a los que incumplen. Y finalmente la actividad conjunta con las bolsas de cereales conformaron un círculo virtuoso en este tema.

-En Rosario hay un gran volumen de cereal que se comercializa por fuera de las bolsas de cereales, ya que en esta región hay una fuerte presencia de terminales portuarias que directamente exportan el cereal. ¿Ustedes analizan que este último circuito es más o menos seguro para controlar la evasión? -Cuando la cadena está completa se simplifica el control. Pero lo central es el control triple: al productor se le retiene el 8 por ciento, y para devolverle el 7 por ciento al mes siguiente se controla la declaración jurada, la información de la bolsa y el SICORE (Sistema de Control de Retenciones). Y recién si estos tres datos coinciden se le devuelve el 7 por ciento. Por eso creemos que la incorporación a nuestro sistema de las bolsas, ayuda.

-¿Cuáles son los mecanismos de control que se vienen para la próxima cosecha?

-La idea centrales es trabajar fuerte con las imágenes satelitales, que van a ser ampliadas a otros cultivos (además de la soja), y complementarlos con los registros de Catastro que permite correlacionarlas campos, cultivos y propietarios de la parcela. En este sentido quiero destacar el Registro de Catastro que tiene la provincia de Santa Fe.