[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Quizás pueda "transmitir" a la manera de Quino y utilizando el chiste como instrumento, produciendo ese fenómeno de la risa que indica "la agudeza del otro", el otro a quién va dirigido, aquel que pertenece a la misma parroquia, que conoce el código, el significante, ese gran Otro Social. Miguelito sentado en un sillón: lee el diario "La familia es la base de la sociedad". Miguelito piensa "¿La familia de quién?!!! La mía no tiene la culpa de nada!!!". Podemos decir que Miguelito es un "niño raro", un niño que dis﷓culpa a la familia por lo que ocurre en la sociedad actual, pero este "niño raro", no lo es tanto, digamos que está a la altura de la época.

Si un niño tiene que dis﷓culpar a sus padres es porque se han invertido los roles, los padres han caído en un infantilismo generalizado.

Sumado a esto el niño de la época, se ve sumergido en una producción intelectual de ficciones noveladas (Harry Poter, El Señor de los Anillos), más las horas delante de la pantalla de TV, y los juegos de videos, vemos que está aparejado a una trama ficticia, narrativa, novelesca que invade su vida como nunca. Perdiéndose "eso" que la familia no logra "transmitir", ese paso de sentido de "lo vivo" del lazo (padre, madre, hijos) familiar.

Aparecen entonces los síntomas en los niños, donde pasan a ser "niño﷓objeto" de las neurociencias articulado al niño﷓objeto de la pedagogía, cuyo síntoma es la hiperactividad, ella designa a un niño cuyo cuerpo se niega a saber, no puede estar lo suficientemente inmóvil para ser mortificado por el saber.

Si el niño contemporáneo es aspirado de esta manera, devorado por la función imaginaria, nos dice Eric Laurent, es porque intenta "ubicarse" en los reajustes ficticios a los cuales está sometido. Ellos son de dos órdenes: los reajustes de la ficción del niño en tanto sujeto de derecho, y los reajustes de la ficción del niño en tanto producto del matrimonio

En 1989 con la Convención Internacional de los Derechos del niño, queda el niño inscripto en derechos que van más allá que aquellos que determinan su "filiación" y que le son de un orden superior ya que el matrimonio como contrato, no logra pluralizar el marco legal en el que va a inscribirse ese niño.

En la especie humana es necesario que el espermatozide encuentre al óvulo para que la reproducción tenga lugar, este encuentro que no es entre personas, este encuentro de gametos condiciona la reproducción humana. El desarrollo de la genética separa este encuentro de gametos de la relación de los cuerpos, con la inseminación artificial, in vitro, "una mujer no necesita un hombre para tener un hijo".

Es posible la reproducción sin relación y ésta es posible sin la primera: Es decir no hay coincidencia entre reproducción sexuada y la relación sexual (relación de los cuerpos unidos por el amor).

Gonzalo (3 años) ¿me acompañás al almacén? pidió la madre. No, yo de paro. La apuesta del Psicoanálisis es recuperar a ese "niño﷓objeto" propuesto por la verdad científica produciendo a través del saber analítico un "niño﷓sujeto". Un Niño.

¿Acaso el Psicoanálisis con niños es una especialidad? No, no lo es, está regido por los mismos principios que rigen el Psicoanálisis, el niño es un sujeto de pleno derecho, derecho a ser escuchado: el analista con su intervención podrá ubicar ¿Qué lugar ocupa en la estructura psíquica familiar?, a qué significantes responde, ya que el síntoma del niño es una respuesta a lo sintomático de la estructura psíquica familiar.

El analista en las entrevistas preeliminares recoge datos, primer tiempo lógico (instante de ver), esos datos los transforma en problemas, así el analista entra en la lógica del otro, escucha el malentendido familiar, acompaña al niño a través del juego, de sus representaciones gráficas, de sus palabras y ese niño detenido empieza a moverse, entra en acción, comienza a saber (tiempo de comprender) Ejemplo: ¿Por qué no aprendo a leer y tengo 7 años)? ¿Por qué me hago pis de noche en la cama y tengo 11 años? etc, etc.

El tiempo lógico de la estructura psíquica y el tiempo cronológico, la edad del niño no coincide. El/la analista acompaña al niño hacia una conclusión, él se encuentra con el significante que lo representa ¿Qué soy yo, entonces, para el Otro?. El niño concluye. (Momento de concluir). Se separa del deseo del Otro, atrapado en el discurso del Otro, comienza a escuchar y a escucharse, le marca el malentendido a sus padres y le dice adiós a su analista.

*Psicoanalista. Miembro de la EOL Sección Rosario. Miembro de la AMP (Asociación Mundial de Psicoanálisis). En Jujuy 1610 ﷓2000﷓Rosario 4402674. Email: [email protected]