Domingo, 3 de agosto de 2008 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
Por Pablo Feldman
El anuncio del gobierno provincial de la inminente suba de impuestos, a lo que se agregaría también un ajuste tarifario en los servicios de agua y luz, sacó del letargo a la oposición, al punto que Jorge Obeid -que no había hablado desde que dejó la casa gris en diciembre pasado- salió a refutar los argumentos de los socialistas y hasta ensayó algunos consejos para la nueva administración. "Es muy fácil abrir el grifo del gasto público, creando nuevos cargos y pagando viáticos, y es muy difícil después poder cerrarlo. Hay que ser muy prudentes y austeros", disparó el ahora diputado nacional que la semana que pasó rompió el silencio que se había autoimpuesto desde que le puso la banda a Hermes Binner. Obeid salió al cruce de los embates socialistas que para justificar las subas que se vienen hablaron de "la demagogia de no haber tocado los impuestos durante cuatro años".
Más allá de las consideraciones técnicas -retrasos tarifarios, valuaciones catastrales irrisorias, y privilegio de algunos sectores- a la descalificación de los socialistas, el peronismo le opone algunos datos que el Ministro Coordinador Antonio Bonfatti calificó de "mitos", pero son datos verificables. Santa Fe es la provincia menos endeudada, y en el banco hay plazos fijos por 1.980 millones de pesos. También hay que decir que Obeid se fue de la Casa Gris con subejecución presupuestaria en varias áreas, y deudas de obras públicas no sólo en su concreción sino en su desarrollo a futuro. Este es uno de los problemas que enfrenta la actual administración que tiene el corcet del Presupuesto 2008 aprobado por la Legislatura que dominaba el peronismo fue votado poco antes de que Binner asumiera y un buen número de contratistas del Estado haciendo cola para cobrar o hacer las obras que ya le fueron adjudicadas y que no se pueden pagar con los recursos existentes. "No es necesario aumentar los impuestos", dijeron los dos últimos ministros de hacienda del PJ y se sumó Obeid para darles el espaldarazo, pero todos ellos saben de las limitaciones -como bombas de tiempo- que dejaron establecidas. Esa es la imagen completa de la situación económica de Santa Fe, que además es acreedora de un gobierno nacional que está sospechado de premiar y castigar a las provincias según afinidades o enemistades. El caso de Córdoba que no puede explicarse como le gustaría a Juan Schiaretti a partir de la "discriminación del gobierno nacional", es diferente al de Santa Fe, donde más allá de los reproches que pueden hacerse a la gestión anterior, las cuentas están equilibradas, y las perspectivas son alentadoras. El reclamo de Binner al flamante Jefe de gabinete por más de 1000 millones de pesos fue más que nada la manera de hacer pública una situación que seguramente condicionará al gobierno nacional que después de la derrota en la "guerra gaucha" no querrá seguir sumando enemigos. Es por eso que Sergio Massa fue cordial con Binner y lo diferenció de su colega cordobés -al que ni siquiera invitaron a la mesa de diálogo- y de Mauricio Macri que exigió una agenda previa para concurrir a la rosada. Binner sabe que su situación es diferente, no sólo por su trayectoria y prestigio, sino porque a diferencia de Schiaretti -que fue "ayudado" para llegar a la gobernación- y de Macri -puesto en el rol del "enemigo"- tiene algunos puntos de coincidencia con el gobierno nacional que la crisis del campo se ocupó de sepultar pero que siguen allí, y desde Balcarce 50 pretenden reflotar. Será interesante de ahora en más ver cuáles serán los movimientos de Binner en el escenario nacional, dado que desde Córdoba se alienta la idea de crear un eje -de hecho existe la Región Centro- que pueda plantársele al gobierno nacional si fuera necesario. En términos teóricos no suena nada mal, más aún si se sumara a esta dupla -como quisiera Schiaretti- al Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, también opositor. Pero en términos prácticos, se haría indigerible para el electorado que lo depositó en la Casa Gris, ver a Binner a los abrazos con el exsecretario de Domingo Cavallo y con el heredero del imperio de don Franco.
Las relaciones institucionales obviamente posibilitan y hasta justifican contactos fluidos, pero de ahí a generar una estrategia común bajo la remanida cita borgeana "no nos une el amor sino el espanto", sería mejor que se lo dejen a los "aliados" de Luciano Miguens, que saltaron las tranqueras de las ligas agrarias para llegar a la Sociedad Rural Argentina. En el frente interno, la administración provincial tiene no sólo que "presentar" la suba de impuestos y ajuste de tarifas, sino enderezar la discusión salarial con los gremios del Estado. Amsafé ya plantea a partir de esta semana la posibilidad cierta de volver a las medidas de fuerza, en el caso de UPCN, con otra dinámica sindical están esperando ver qué pasa con los maestros para ir por más, como siempre. Pasado el conflicto con el campo que monopolizó la atención, todo vuelve a su quicio, y para colmo la "luna de miel" pasó sin que nadie se diera cuenta.
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