Lunes, 24 de noviembre de 2008 | Hoy
OPINIóN › 7 DIAS EN LA CIUDAD
Es la sensación con la que se quedaron esta semana los intendentes y presidentes de comuna que esperan algún fondo extra de fin de año que les permita afrontar las serias necesidades que tienen. Oficialismo y oposición son criticados casi sin distinción de banderías partidarias por los administradores de pueblos y ciudades santafesinas.
Por Leo Ricciardino
El intendente Miguel Lifschitz sacó para afuera esta semana toda la bronca acumulada en estos últimos meses de zozobra presupuestaria. "Estas peleas en la Legislatura provincial nos han dejado a los municipios sin nada", se quejó amargamente el jefe comunal sin hacer distingos entre oficialismo (al que pertenece) y oposición. El dato no es menor, no se le pasó por alto, sino que indica que el intendente ve tanta responsabilidad en uno que en otro por sus penurias económicas de fin de año.
Y es un poco la sensación de los intendentes y jefes de comuna sean del partido que sean. La verdad es que en el ejercicio de la política de cercanía, esa donde las explicaciones a los vecinos son diarias, muchas veces se pierde el sinuoso mapa de las disputas de más arriba, simplemente porque -aquí "abajo", es decir en el terreno las consecuencias se sienten mucho más fuerte.
Para Lifschitz como para los otros intendentes lo que pasó es que el gobierno provincial propuso una Reforma Tributaria que teóricamente les daría más dinero en concepto de coparticipación. En un juego de pinzas entre los diputados y los senadores, el peronismo frenó la ley pero, por supuesto, no pagaría el costo de dejar a los intendentes sin fondos así que propuso la quinta cuota del Inmobiliario para repartir en un 100 por ciento entre las ciudades y pueblos y afrontar así este fin de año difícil.
Pero si el Ejecutivo concedía esa idea no sólo aceptaba la derrota política que le infligió la oposición en la Legislatura, sino que además daba luz verde a una idea que no había salido del gabinete de ministros. Así que se opuso.
Cuando oficialistas y opositores se dieron cuenta de que eran vistos con el mismo encono por intendentes de distintas fuerzas políticas, el peronismo aceptó votar la sexta cuota de la patente automotor pero sólo si el Ejecutivo pagaba el costo político ante la población de enviar la iniciativa a las Cámaras. Fue allí que surgieron los problemas internos en el Frente Progresista, sobre todo por las imputaciones del radicalismo. Estas diferencias se trasladaron incluso al Presupuesto 2009 que debe ser aprobado antes de que termine el período ordinario de sesiones que ya expira. "Nosotros creemos que es un presupuesto que deja mucho que desear, pero estamos dispuestos a votarlo para que el gobierno tenga la herramienta que necesita, pero parece que el problema lo tienen ellos", metió cuña el diputado peronista presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Ricardo Peirone.
Como sea, esta semana que pasó el ministro de Gobierno Antonio Bonfatti dio un mensaje a los intendentes y presidentes comunales para intentar tranquilizarlos: Algún dinero extra habrá para fin de año, cuando haya que pagar los sueldos con aumento y además el aguinaldo a los municipales. Parece que la sangre no llegará al río.
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