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El peronismo de Santa Fe ocupó el centro del ring. Con diferencia de horas, se produjeron hechos que sacudieron la modorra política -de cara al año electoral- y motivaron diferentes especulaciones que trascienden las fronteras del sector que protagonizó los hechos y se proyectan sobre el amplio espectro de la política santafesina.

Cronológicamente, la renuncia de María Eugenia Bielsa a su banca de diputada provincial fue lo primero y a la vez más estridente. En una conferencia de prensa cuya convocatoria se hizo bajo una absoluta confidencialidad -ni los colegas de bancada sabían qué se iba a anunciar- la ex vicegobernadora anunció que renunciaba a su representación -para la que pidió el voto hace poco más de un año- con una serie de explicaciones que seguramente servirán también para entender por qué en el lapso en que fue diputada no presentó ni un proyecto. El "cansancio moral" parece ser un rasgo característico de la familia. Pero antes de irse lanzó una serie de acusaciones contra el gobierno -habló de "pacto espurio"- y sobre todo contra Agustín Rossi, a quien acusó de actuar conforme a sus intereses personales y en connivencia con el socialismo y para fragmentar al peronismo. Desde el "rossismo" nadie contestó y desde su propias filas -si es que existen- tampoco, la arquitecta dejó "pegados" a los colegas de la Cámara con prácticas poco claras, sin rendición de cuentas y otras imputaciones que transitan los senderos de la sospecha. Muchos se preguntan si tuvo que esperar todo un año para darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Otros si era necesario el discurso de despedida, y casi todos si será candidata a diputada nacional en los próximos comicios.

Bielsa dijo en la conferencia de prensa que había hablado con la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Dirigentes cercanos a Rossi sostienen que la Presidenta la paró cuando comenzó su diatriba contra el jefe de bloque de diputados haciéndole ver que "es una pieza importante para el proyecto". La diputada renunciante no dijo nada al respecto, por eso no se conoce otra versión de ese diálogo más allá de lo dicho por la ex legisladora que sostuvo que la Presidenta la escuchó y la comprendió. No pasará mucho tiempo para que se sepa cuál ha sido la posición de CFK, basta ver cuál será el armado de listas del peronismo en Santa Fe para ver cuál de las historias se acerca más a la verdad. Si bien no son contradictorias no se trata del mismo sentido político.

Nadie desconoce que MEB fue la persona más votada en las últimas elecciones, mucho menos la presidenta. Pero también recuerdan que ya una vez la diputada renunciante rechazó la oferta de la Casa Rosada para encabezar las listas por Santa Fe y por entonces argumentó que tenía un mandato que cumplir por el voto popular. Eso ahora, si no cambio de opinión podría ser un escollo, aunque ya abandonó su banca que debía ocupar por otros tres años. La otra cuestión es si MEB efectivamente representa el proyecto del Frente para la Victoria, y eso es lo que pidió apenas ocupó la banca en su reemplazo José María Tessa, que advirtió sobre la necesidad de "expresar todos claramente si se apoya o no el modelo de CFK". En pocas palabras, tanto Tessa, como Rossi, o el movimiento Evita o las agrupaciones inequívocamente kirchneristas quieren saber si MEB votaría por un tercer período de Cristina -más allá del estratégico repliegue en el discurso del viernes en la Asamblea Legislativa-, qué opina del vice Amado Bodou, por citar algunos ejemplos de pruebas de fuerza a las que deberá estar expuesto un representante del modelo K.

La otra cuestión es la conformación de listas. Salvo que expresamente CFK le pida a Rossi que no sea candidato es muy difícil imaginar que el más eficiente presidente de bloque oficialista de todos los gobiernos desde la recuparación de la democracia no vaya por la renovación de su banca. Está claro que Rossi es mucho mejor presidente de blque que candidato, pero para poder seguir siendo ese infalible operador parlamentario deber ser inexorablemente candidato. Tal vez él no tenga problema en compartir una lista con MEB -si decide ser candidata- deberían ir a internas, y es difícil que con el sistema de minoría y mayoría alguno de los dos se quede fuera de la nómina final. En el caso de la ex diputada, después de todo lo que dijo debería contar con la indulgencia de los memoriosos, que tal vez consiga como el hecho de haber sido electa para un cargo por cuatro años y abandonarlo al año y pico. No sería tan difícil de aceptar si durante los próximos tres no aspirara a ningón otro. Pero en eso el peronismo ha demostrado que no tiene complejos, basta ver si no los ministros provinciales que renunciaron a sus carteras por un rato, votaron en la Cámara de Diputados suspendiendo sus licencias y se volvieron el mismo día para jurar otra vez como ministros. Todo legal, y se verá si es premiado o castigado por el electorado el día del comicio.

Rossi fue quien operó todo eso y garantizó la aprobación del memorandum con Irán, según la Presidenta "una de las leyes más importantes de su gobierno". Lo curioso es que mientras eso ocurría en el parlamento nacional, MEB estaba pronunciando un discurso descalificador de Rossi como no hizo nadie siquiera desde la vereda opositora. ¿Irreconciliable? ¿Irreductible?. Nunca se sabe, menos en el realismo mágico de la política que el peronismo practica. En ese plano se inscribe la reaparición pública de Jorge Obeid, que reconoció que hacía más de dos años y medio que no hablaba con CFK, y lo que no dijo fue que aquella última vez fue en malos términos. Pero ahora el ex gobernador se ofrece como candidato sólo si se logra la unidad del peronismo. Con todo lo expuesto más arriba parece más una expresión de deseos que una posibilidad cierta, pero como ya se dijo también, todo es posible. La pregunta aquí se impone: ¿Es Obeid confiable para el kirchnerismo?. Qué compromisos está dispuesto a asumir, más allá del discurso para la tribuna de la unidad para recuperar la provincia para el PJ?

Ya hay consultoras "midiendo" a los posibles candidatos, y lo que en principio pareció un espaldarazo para MEB después de su salida, se ha ido desinflando, especialmente dentro del peronismo. Rossi que es el único "K paladar negro" sigue siendo el que menos mide, y Obeid apareció ahora pidiendo un marco de unidad bastante lejano. Habría que ver si incluye en ese esquema a la media docena de seandores provinciales que se reunieron con Daniel Scioli y en la Casa Rosada tomaron nota. La viabilidad del plan de Obeid fue escuchada con atención, porque además de CFK, el propio ex gobernador dijo que lo recibieron el Ministro Abal Medina y el "Chueco" Mazzón, que tiene un despacho en la Rosada y que ha sido en la última década larga, el alquimista de más de una lista peronista en Santa Fe que condujeron a un partido invicto desde su fundación a una seguidilla de derrotas que llegan a estos días. No obstante Mazzón sigue ahí, y al parecer con algún grado de decisión.

Todo lo anterior refiere al peronismo, pero la movida impacta sobre el resto del arco político. Hermes Binner que lidera cómodamente los sondeos de opinión sobre intención de voto, sabe que no es lo mismo si el PJ va todo junto, si el candidato fuera uno u otro. Y sobre todo Miguel Del Sel que a pesar de sus incalificables declaraciones de no hace mucho tiempo sobre la Presidenta y otros temas, seguía pensando que contra Binner y Rossi -ese era su esquema de candidaturas- tendría la misma suerte o mejor que en las de gobernador de hace poco más de un año. Ese aborto de la política -al resultado nos referimos- es irrepetible y ahora que el peronismo insinúa ampliar su base electoral quedará como un récord difícil de batir por una fuerza como el PRO.

Pero todo lo dicho, incluido el "armado" opositor está supeditado a la determinación de quien por peso propio o por defecto de los demás, marca el tiempo de la política argentina. Lo que decida CFK sobre lo que hará su espacio en Santa Fe será determinante y eso es lo que resta conocer.