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Hermes Binner sufrió anoche la peor derrota electoral de su historia política: en un primer momento del escrutinio se ubicó cuarto en toda la provincia y si bien se trató de una elección primaria, esta baja performance no sólo lo está dejando afuera de una banca en el Senado de la Nación sino que puede llegar a pasarlo a retiro efectivo. Binner sufrió el síndrome de la sábana corta. Esto es, haber ido como candidato a senador nacional desacoplado del cuerpo de presidente y vice que traccionaron en forma a las listas de postulantes al Congreso de parte de los otros partidos y frentes políticos. A las 10 de la noche, los fiscales que llegaban con datos desde los barrios de Rosario al centro de computos del Partido Socialista, traían caras largas: No habían notado el corte de boleta en la dimensión que Binner lo necesitaba para imponerse en estas primarias en la grilla de las tres bancas en disputa en la Cámara alta nacional.

De la mano de Daniel Scioli y su buena performance electoral provincial, Omar Perotti ganaba la categoría de punta a punta. Y Carlos Reutemann, por primera vez corriendo por afuera del PJ; se ubicaba en el segundo lugar. El panorama empezaba a ser claro en medio de la inclemente noche del domingo: se anunciaba que Binner no tomaría contacto con la prensa en un bar céntrico y que Reutemann viajaba desde Santa Fe a Rosario para extender un moderado festejo junto a la primer candidata a diputada nacional del PRO por Santa Fe, Anita Martínez.

La verdad es que este fue un año políticamente accidentado para Binner. Tuvo que abandonar sus aspiraciones presidenciales en medio de un escenario cada vez más polarizado y por la sonora implosión del Frente Unen que detonaron aquellos que querían una alianza sí o sí con el PRO de Mauricio Macri.

Pero la derrota de Binner no puede atribuirse sólo al tamaño de su boleta electoral. Más bien, no puede analizarse despegada de las últimas performances electorales del socialismo en la provincia donde Miguel Lifschitz y Mónica Fein tuvieron que recuperarse de unas primarias que perdieron en el mes de abril, para poder después en las generales de junio alzarse con ajustadísimos triunfos. Si bien son elecciones distintas, en algún punto los electores ligan los nombres y las situaciones. Es claro que Binner ya no es el elector que fue en algún momento en la provincia de Santa Fe. Hay que recordar que se había especulado con la posibilidad de que Antonio Bonfatti tomara esa candidatura, pero finalmente se desistió de la idea. No es claro que Bonfatti hubiese tenido una mejor performance, pero da la impresión de que el Frente Progresista quedó debilitado en su estrategia nacional después de la titánica pelea que tuvo que dar en la provincia para mantener su poder en la ciudad y en la provincia.

También hay que reconocer que con o sin boleta única, con mayor o menor corte de la boleta sábana; es claro que la gente últimamente decide no darle grandes porcentajes de votos a uno u otro candidato. Todos tienen que pelearla en las urnas y en este caso reforzar sus estrategias de cara a octubre.

Encima de todo, la lista de candidatos a diputados nacionales del Frente Progresista estuvo encabezada por Hugo Marcucci, un dirigente del radicalismo santafesino absolutamente desconocido aquí en el sur y que venía de perder las internas provinciales en el departamento La Capital. Es decir, un dirigente que dependía exclusivamente de lo que pudiera traccionar Binner sin posibilidad de sumar nada propio. Es más, Marcucci sacó menos votos que Binner, es decir que sufrió un corte negativo en su contra.

Lo contrario podría decirse del periodista Alejandro Grandinetti que hizo una muy buena elección por su grado de conocimiento en el sur de la provincia -como candidato a intendente de Rosario tuvo una buena cantidad de votos-, y también porque, a diferencia de Binner, tenía no uno sino dos candidatos a presidentes: Sergio Massa y José Manuel de la Sota. Pero más sorprendió el candidato a senador nacional del espacio en la provincia, el empresario Eduardo Romagnoli que logró ubicarse en esta interna en la categoría, por encima de Binner e inmediatamente después de Reutemann.