Hace un año, se acordó reducir el número de presos en comisarías. Con se objetivo la provincia solicitó plazo para concluir la construcción de un nuevo penal, que se inauguró en Pérez. Hoy nos presentan como un logro la reducción de las personas privadas de libertad en comisarías. Pero lo cierto es que para ello, sin justificativo alguno, el último fin de semana se avasallaron los derechos básicos de quienes se encuentran privados de la libertad, pero también de sus familiares. Se movilizaron gran cantidad de detenidos desde la cárcel de Coronda, hacia la nueva unidad penitenciaria, y desde las comisarías a Coronda. Atento la cantidad de personas que se movieron, no se trabajó la posibilidad de conflictos interpersonales, cuestión que requiere el mayor de los cuidados. Ante tamaña improvisación, se debió suspender la visita del fin de semana, negando a los familiares la posibilidad de ver a sus hijos, esposos, padres, y constatar que se encontraran bien. Los que fueron sacados de las comisarías fueron llevados con lo puesto, no se les avisó a sus familiares de los traslados y estos no han podido ni tan siquiera recuperar sus pertenencias, pero lo más grave es el estado de zozobra al no conocer el destino de sus familiares.

Una medida que debió ser paulatina, consensuada y supervisada por el Poder Judicial y por la Defensa Pública se realizó sin control alguno, violentando los derechos básicos de las personas privadas de la libertad.

* Coordinadora de Trabajo Carcelario.